Castilla y León

Antonio Silván consigue descentralizar y agilizar las competencias de Fomento

Las medidas impulsadas por el Gobierno Herrera permitirán durante este año ahorrar 38 millones, que se sumarán a los 265 acumulados hasta ahora

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, visita una de las infraestructuras de la Consejería
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, visita una de las infraestructuras de la Consejeríalarazon

La austeridad sigue siendo protagonista en el Gobierno que preside Juan Vicente Herrera. Una de sus consejerías más importantes es la de Fomento y Medio Ambiente que se unió en esta legislatura con el fin de abaratar gastos. Y el empeño del consejero Antonio Silván lo está haciendo posible.

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente da por concluido el proceso de descentralización de competencias, que arrancó a mediados de 2012, para agilizar y simplificar los trámites administrativos. En un año y medio, ha establecido un nuevo reparto, que se caracteriza por desconcentrar atribuciones del titular del departamento en las direcciones generales y las delegaciones territoriales. Además, ha dado retoques a su ordenamiento jurídico con el objetivo de hacerlo más sencillo y accesible, informa Ical.

De esta forma, el departamento de Antonio Silván da un paso más en su estrategia de impulsar la «coordinación administrativa» para facilitar el avance de proyectos y de integrar los centros directivos de las antiguas consejerías de Fomento y Medio Ambiente.

Esta medida de gestión sigue la estela de la reforma de la administración autonómica, que la Junta de Castilla y León completará en el primer trimestre con un conjunto de 66 medidas y el ahorro de 38 millones, que se sumarán a los 265 millones acumulados hasta ahora.

Al inicio del mandato, Fomento puso en marcha una reorganización interna que actuó en la estructura institucional en dos vías, todo con el objetivo de adelgazar la estructura administrativa. Por un lado, estableció un sistema que le permitiera unificar, sistematizar y simplificar los criterios de actuación interna, ya que su estructura surgió de dos consejerías, con el objetivo de conseguir una mayor agilidad y eficacia. Por otro lado, diseñó un modelo de desconentración de competencias, incrementando las atribuciones de los órganos directivos centrales y las delegaciones territoriales.

Estos cambios entran ahora en su recta final con un nueva distribución de materias, que también aclaran las competencias de cada órgano, con el fin de evitar duplicidades y trabas administrativas al ciudadano. Por tanto, Fomento y Medio Ambiente estrena nuevo andamiaje con la entrada en vigor de un decreto ya visto por el Consejo de Gobierno y que modifica otro anterior de 2012. Además, en paralelo a esta desconcentración de competencias, ha recuperado otras en materia urbanística que le permitirán controlar el crecimiento de las áreas metropolitanas.

El nuevo mapa de competencias reestructura la asignación de atribuciones en materia sancionadora. La Consejería delega en las direcciones generales estas competencias en las materias de contaminación lumínica, compuestos orgánicos volátiles, emisión de gases de efecto invernadero y de organismos modificados genéticamente en el caso de infracciones graves o muy graves, y en las delegación territoriales si son leves.

En la anterior reforma, la descentralización afectó a expedientes sancionadores por infracciones en ámbitos como el urbanismo, carreteras, transportes, prevención ambiental y evaluación de impacto ambiental, ruido, contaminación atmosférica, residuos, espacios naturales, caza, pesca, sanidad vegetal y vías pecuarias. También, se dejó en manos de los directores generales la tramitación y resolución de las reclamaciones previas a la vía civil y de los expedientes en materia de responsabilidad patrimonial, así como la gestión de gastos y la ejecución presupuestaria, aunque con limitaciones.