Bruselas
Antonio Silván: «Soy un juanvicentista convencido. Yo trabajo muy a gusto con este presidente»
Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. «Las prioridades para el 2014 son la prevención de los incendios, el 112 y mantener y mejorar las carreteras», asegura
Una colorida composición campestre de Félix Cuadrado Lomas preside el despacho del consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván. ¡Ya diez años en él!, nos confiesa este leonés, de sonrisa perenne. Su departamento, netamente inversor, ha sido uno de los que más se ha apretado el cinturón por la crisis, pero su larga trayectoria gestora le ha permitido capear el temporal y focalizar esfuerzos en objetivos que esta tarde detallará, con vistas a 2014, ante la Comisión de Hacienda del Parlamento de Castilla y León.
- ¿Qué líneas generales presenta el Presupuesto de su Consejería, que hoy desgrana en las Cortes de Castilla y León?
- El reto es seguir prestando servicios y asistir a los castellanos y leoneses en momentos de dificultad, con una premisa: con menos recursos hemos hecho muchas cosas para seguir atendiendo las necesidades de la población. Y seguimos en ese empeño. Partimos de tres objetivos básicos: el mantenimiento y mejora de las carreteras; la lucha contra los incendios -ojalá que pudiéramos dedicarle menos fondos públicos porque habríamos avanzado en la concienciación y sensibilización social-; además del servicio de Emergencias 112. Cuando hablamos de este último, lo hacemos de la garantía absoluta de atender a la persona, cuando, no lo olvidemos, hace once años ni existía.
- De inversiones, ni hablamos...
- Hay que ser absolutamente realistas. Podríamos preguntarnos si los presupuestos podrían ser otros, si son mejorables -seguro que sí-, pero entonces no serían creíbles ni rigurosos. Las inversiones pasan a un segundo término en una Comunidad que apuesta por el autonomismo útil, con esa prestación de servicios como objetivo fundamental. Esto lo asumimos todos porque es un ejercicio de responsabilidad y de priorizar en necesidades que requieren mayor atención para ser atendidas.
- Hace unos días el presidente Herrera denunciaba que llegan menos recursos de los que se necesitan para cubrir la asistencia en las políticas del Estado del Bienestar, y Pilar del Olmo también se refería al mantenimiento y conservación de carreteras como un elemento por el que las autonomías deberían recibir fondos del Gobierno central. ¿Qué opina?
- Es cierto que las carreteras se analizan como inversión en un primer vistazo, pero también son prestadoras de servicios. Por ellas pasan ambulancias, transporte escolar, servicios sociales. De manera que deben cuidarse desde las administraciones, en base a sus competencias. Hablo de mejorar el patrimonio viario a partir de su conservación. Porque, fíjese: por cada millón de euros que se dirige a ese mantenimiento de las carreteras, se crean o mantienen diez empleos. Sólo en este capítulo, dirigimos desde esta Consejería 120 millones de euros al año.
- Siguiendo la senda, consejero, parece que las vías de titularidad estatal van despacio.
- No renunciamos a ningún proyecto comprometido por el Gobierno de España en Castilla y León. En cuanto a infraestructuras ferroviarias, el Ministerio de Fomento -y así lo demuestran los Presupuestos- mantiene ese compromiso con el objetivo de que todas las capitales de provincia estén conectadas a la Alta Velocidad. Esas inversiones millonarias en tiempos de crisis requieren una valoración pormenorizada. Por carretera, son fundamentales la autovía del Duero, la León-Valladolid y el tramo Benavente-Zamora, que estará en servicio en 24 meses.
- ¿Confía en que la deuda en infraestructuras se supere una vez mejore la situación?
- Si en momentos de dificultad el Gobierno ha continuado aportando un importante volumen de recursos dirigido al AVE, quiere decir que es sensible a las prioridades y pretensiones de Castilla y León. Una vez que pase este escenario, estoy convencido de que completaremos esa red viaria. Si bien, antes de ejecutar obras hay que redactar proyectos y los Presupuestos del Estado están en ello. No al ritmo que querríamos, no, pero sí incidiendo en trabajos como los de la variante de Aranda o la Medinaceli-Almazán.
- Los que sí parecen totalmente relegado al cajón son los soterramientos...
- Todos los modelos de integración ferroviaria de España se basaban en un modelo de financiación a través de las plusvalías del suelo, en un urbanismo que se desarrolló de aquella manera y que ahora padecemos. Esos modelos han de cambiarse, adaptarse a las circunstancias, porque la financiación ya no llega del suelo residencial a liberalizar. Hoy procede de recursos de las administraciones, que son muy limitados. Esto no significa que el Tren de Alta Velocidad no vaya a llegar y pasar por esas localidades. Hay que buscar alternativas, sin esas inversiones multimillonarias, porque nadie lo iba a entender.
- Los ajustes ferroviarios son una realidad desde hace unos meses. ¿Cómo ve este asunto?
- En política nunca se está satisfecho plenamente. Los servicios ferroviarios se centran en atender a la persona que vive en una localidad, con arreglo a un servicio efectivo, no costoso, aunque, a veces se confunde eficiencia con coste. Si bien, hay que decir que allá donde no llega el ferrocarril, lo hace el transporte público por carretera.
- Hablemos de aeropuertos. Mes tras mes, siguen perdiendo viajeros...
- Es un escenario que no es particular de Castilla y León, sino nacional y si me apura internacional, consecuencia de la situación económica que atravesamos, de que las personas viajan menos o de otra manera. Pero, vuelvo a decir: en Castilla y León tenemos cuatro aeropuertos, que no son de la Junta, sino de AENA, que ofrecen aquí sus conextiones. Y ahora toca priorizar. El esfuerzo no pasa por continuar promocionando esas instituciones, que en concreto tienen que vivir de la oferta y la demanda como todo tipo de infraestructuras, y a eso hay que acostumbrarse.
- Sin embargo, en este asunto, se hace de la Junta el payaso de las bofetadas...
- Es lo más sencillo. Pero, en muchos y concretos momentos, la Junta ha estado ahí, apoyando. Eso no lo puede olvidar ninguna administración. Como digo, estaremos apoyando la coordinación, pero hoy los recursos públicos tienen otras prioridades, que no pueden ser los cuatro aeropuertos.
- Extinción de incendios. Sorprende que el fuego siempre ataque los mismos lugares.
- Castilla y León no se puede permitir que haya 46 localidades en una franja muy definida, situada en las provincias de León y Zamora, donde hay entre cinco y diez incendios en temporada alta. Eso supone que existen criminales medioambientales sueltos. Todos hemos de esforzarnos para que quienes quieren atentar contra el medio ambiente no lo hagan, porque pueden dañar a quienes apagan fuegos, además de ir contra los recursos públicos, hoy limitados, que podrían ir a otros servicios. Aquí también es importante la coordinación, con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y con Guardia Civil y Seprona.
- Partiendo de eso que usted repite: nueve de cada diez incendios serían evitables y detrás de más de la mitad de los mismos está la mano voluntaria del hombre, ¿cree que se puede hacer más contra el pirómano?
- Siempre se puede hacer un poco más en esa lucha y ese es nuestro objetivo. Primero, porque el conformismo en el ejercicio público no puede existir. Segundo, porque es clave poner a las personas a buen recaudo policial, para que después el juez decida, con arreglo a Ley, y con pruebas irrefutables.
- En materia medioambiental, se ha previsto completar en esta legislatura el ciclo del agua. ¿En qué situación está todo lo referido al abastecimiento y la depuración en Castilla y León?
- El 98 por ciento de los castellanos y leoneses tienen cubierto ese ciclo a través del abastecimiento, la depuración y una calidad de agua adecuada. Ahora nos centramos en municipios pequeños, donde las inversiones son muy importantes y, lógicamente, la capacidad para hacerlas frente está limitada, desde el punto de vista del gasto público y la financiación privada. Ahí están las depuradoras y los presupuestos, incluso en tiempos de dificultades. Hemos gastado 38,9 millones de euros en depuración y abastecimiento este año. Confío por tanto en que, en 2015, habremos cerrado el ciclo del agua.
- Hace unos días inauguraba Expobioenergía, cuando las renovables, que parecieron la panacea, no viven su mejor momento...
- Es cierto que ha habido un frenazo en las renovables. Las eólicas, solares y fotovoltáicas se hallan en «stand by». Pero, eso no ocurre con otras. Nuestra Comunidad integra todos los componentes de la línea de valor de la bioenergía. Aquí se generan más de 70 millones de toneladas de biomasa al año, somos líderes en producción de pelets y la segunda en generación de biomasa térmica. Esto lo hemos de aprovechar, impulsar su consumo, e intentar que esa energía suponga un 8 por ciento del total cuando ahora supone el 2, a partir del Plan de Bioenergía, que nos convierte en la única comunidad que dispone de uno en España.
- Estará usted al corriente de las polémicas que hay en municipios que implantan de tasas medioambientales como las referidas al tratamiento de residuos.
- Una cuestión es reciclar el residuo, que es inerte, y otra ponerlo en valor para que siga produciendo. La tasa se dirige a lo primero, no a gestionar el resto reciclable. Así, rebajamos coste e inversión, por ejemplo, en vertederos. De modo que la acción desinteresada permite llevar recursos a otros objetivos.
- Cambiando de tercio. Las ''puertas abiertas'' en materia de vivienda son muchas...
- Bueno, nos hemos adaptado también en esta política concreta. Se le ha dado la vuelta como a un calcetín. Nos hemos olvidado de la promoción de vivienda protegida y la construcción de obra nueva y hemos pasado al concepto de rehabilitación y, sobre todo, de alquiler. Antes, fundamentalmente, la política de vivienda estaba focalizada en facilitar acceso a una a quienes más dificultades tenían. Y hoy, además de ese objetivo irrenunciable, tiene el propósito de que las familias puedan mantener su hogar. La Junta supo coger el toro por los cuernos y dar la vuelta a esa planificación.
- La Ordenación del Territorio también implica a su departamento...
- Sí. El transporte, sin ir más lejos, es un elemento de ordenación, que responde al autonomismo útil. En este momento hay 2.200 rutas regulares, 1.700 escolares y 811 de transporte a la demanda. En total, unas 4.700, todas prestando un servicio social fundamental, con un coste y una búsqueda de eficacia, que nos lleva a redefinirlas.
- El precio del transporte a la demanda se encareció, también por la crisis.
- Es cierto, como que también llega a localidades, más de 1.500, en las que anteriormente no había ningún medio de transporte público por carretera. Antes se requería de un familiar con vehículo o de un taxi para viajar. Ha logrado garantizar esa movilidad, prestar un servicio esencial y su presencia raya en este momento el 100 por cien del territorio castellano y leonés.
- El Ministerio de Fomento estudiaba exportar ese modelo al ferrocarril.
- La ministra Ana Pastor cree que se puede aplicar. Lo que tenemos que buscar en el transporte, sea del modo que sea, es la eficacia y el menor coste. Si sabemos que en determinadas estaciones no va a haber viajeros, economizamos si el tren no para siempre allí, como pasa en carretera.
- ¿Cree usted que desde Bruselas, incluso desde Madrid, se aprieta más a las autonomías de lo que se debería?
- Cuando hablamos de comunidades, hablamos de servicios básicos, de prestaciones fundamentales. Hablamos de autonomismo útil. De quienes asisten, que deben tener la financiación adecuada para prestar esa atención precisa, de manera eficaz. Y eso significa tener en cuenta las circunstancias objetivas de este territorio, por su extensión, dispersión geográfica y envejecimiento. Eso lo hace la Comunidad, con arreglo a nuestras competencias, que deben ser suficientemente financiadas. La polémica de que las autonomías son culpables de todo es estéril.
- Diez años en el cargo, me decía al principio, consejero. Le ha tocado vivir de todo...
- Sí, pero estoy con fuerzas e ilusión como el primer día. Los recursos son limitados, pero tenemos las mismas necesidades, de modo que hay que agudizar el ingenio.
- Pero coincidirá conmigo en que han sido años convulsos, complicados.
- Evidentemente. Ahora, quien está en política, lo está por voluntad propia. Y los momentos buenos y los malos han de sumarse para ser efectivo y cumplir con la responsabilidad. Cuando falta ilusión, ganas y las fuerzas, falta mucho en política.
- Su nombre aparece en muchas quinielas. ¿Qué opina al respecto?
- (Sonríe) Esto genera mucho morbo, pero no entro en política ficción, más cuando estamos en situaciones difíciles, en las que todo tiempo y recursos son poco para atender al ciudadano. Y máxime, cuando el presidente dejó claro que el objetivo ahora tiene que ser trabajar, trabajar y trabajar.
- Usted apuesta por que siga Herrera...
- Trabajo muy a gusto con este presidente en la Junta y en el PP autonómico. Soy un juanvicentista convencido. Es mi presidente.
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