Anulado el baremo de las oposiciones para 260 plazas de Medicina Familiar

El Tribunal Superior de Justicia considera que la prueba de 2016 discriminaba a los profesionales MIR frente a los ECOE, anteriores a 1995.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León anuló el baremo de las oposiciones convocadas en 2016 para cubrir 260 plazas en Medicina Familiar. El órgano judicial considera que la prueba discriminó a los prefesionales que consiguieron la especialidad vía MIR frente a los anteriores a 1995, que la obtuvieron vía Evaluación de Competencia (ECOE).

A esa oposición se presentaron más de 3.000 aspirantes, con 234 plazas por turno de acceso libre y otras 26 destinadas a personas con discapacidad.

Fuentes de la Consejería de Sanidad explicaron que analizarán la sentencia antes de decidir si la recurren o no, aunque avanzaron que en todo caso no afectará a los que están inmersos en la actual valoración ya que todos tienen el tope de puntos en el apartado afectado.

Según detalló el expresidente de la Sociedad Castellanoleonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Socalemfyc), Fernando García, quien presentó el recurso a las baremaciones, «se trata de una cuestión de legalidad, ya que a los médicos que adquirieron la especialidad vía ECOE se les aplica un doble baremo, al puntuarles el título y el tiempo trabajando mientras lo obtenían, lo que no sucede con los que lo han hecho vía MIR.

Es la segunda vez que esta sociedad médica recurre esta valoración para los médicos de familia, ya que en 2016 los tribunales les dieron la razón, y aunque la Consejería de Sanidad recurrió, «como seguramente hará ahora», también ganaron el recurso.

«Lo que queremos es optar en igualdad de oportunidades al proceso selectivo», y que el que «mejor examen y currículum tenga» sea el que consiga la plaza, defendió García.

Además, según explicó la presidenta actual de Socalemfyc, Elvira Callejo, el baremo impumple otra sentencia del Tribunal y varias del Supremo que avalan que la vía MIR debe ser puntuada como el equivalente a entre seis y ocho años de trabajo.

Además, se mostró preocupada porque «no hay ningún médico de Familia formado en los últimos 15 años en Castilla y León que tenga empleo estable de calidad, por lo que no hay renovación».