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Buscan convertir los purines en biogás y los residuos de la poda en combustible

Además, el Itacyl, trabaja también en nuevas tecnologías para procesar y conservar los alimentos

La Razón
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De la mano de universidades, centros tecnológicos y empresas españolas y de Portugal, la Consejería de Agricultura y Ganadería trabaja en tres ambiciosos proyectos de desarrollo rural que tienen como objetivo crear empleo y fijar población en los pueblos.

Se trata de una serie de iniciativas que lidera el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) que pretenden, por un lado, aprovechar residuos agrícolas y ganaderos para ahorrar energía, y, por otro, a mejorar el procesado y la conservación de alimentos a través de las nuevas tecnologías.

El primero de ellos lleva por nombre «Symbiosis» y tiene como finalidad convertir los purines de las explotaciones ganaderas en biogás, lo que permitirá en un primer momento eliminar con un menor coste dichos residuos y, en segundo término, generar energía a partir de estos desechos.

El trabajo permitirá maximizar la producción de biogás y que este combustible pueda utilizarse en la propia explotación para calefactar, como combustible en vehículos o aprovechamiento en el regadío. El círculo de esta explotación autosuficiente, dentro del modelo de economía circular, se cierra con el aprovechamiento de parte de los residuos ganaderos, como fertilizante, lo que conlleva también un importante ahorro.

La implantación de estos desarrollos permitirá la reducción de un 50 por ciento del agua utilizada en la explotación, así como la disminución del 40 por ciento de la energía usada en una explotación. Igualmente, se prevé la optimización en un 20 por ciento de la fertilización, promoviendo el abonado orgánico y el reciclado de residuos, según informan fuentes de la Consejería que preside Milagros Marcos.

Reducir costes

«Movbio» es el nombre del segundo de los proyectos, y su objetivo es reducir los costes que han de afrontar las explotaciones rurales al realizar la poda. Una actividad muy costosa porque requiere mucha mano de obra y ha de llevarse a cabo anualmente. El proyecto pretende utilizar los residuos generados lo que permitiría rebajar los costes de las explotaciones y dar independencia energética al medio rural. «Conseguir implementar este proceso de economía circular permitiría un ahorro del 35 por ciento de la factura energética de las pymes», apuntan las mismas fuentes.

Finalmente, promover la innovación de las empresas del sector agroalimentario mediante la creación de metodologías y procesos que permitan el desarrollo de productos mejorados y validados para el mercado, haciendo hincapié en nuevos productos que permitan crear una diferenciación y generar nuevas oportunidades en mercados exteriores, son los desafíos del tercero de los proyectos en los que trabaja el Itacyl. «Reinova» es su nombre y también busca facilitar que la innovación asociada al emprendimiento llegue de forma más fluida al sector agroindustrial. Esto le permitirá revitalizarse y fortalecerse, aumentando la productividad y la competitividad. La idea es desarrollar un instrumento que cubra el análisis y la validación de mercados, los procesos de producción y abarque hasta la distribución y logística.