Ávila

El accidente de Ávila marca la entrega de despachos del Príncipe en León

Foto de familia del Príncipe de Asturias con la promoción de sargentos.
Foto de familia del Príncipe de Asturias con la promoción de sargentos.larazon

El accidente de autobús del pasado lunes en la provincia de Ávila, que se saldó con nueve víctimas mortales, estuvo en el recuerdo de todos los presentes en la entrega de los Reales despachos de sargento de la XXI promoción de la Academia Básica del Aire de la Virgen del Camino, en León, que contó con la presencia del Príncipe de Asturias.

Los tres días de luto decretados por la Comunidad, obligaron a introducir cambios en la ceremonia por lo que Don Felipe fue recibido sin los honores de Ordenanza, al igual que la bandera de España, que hizo su entrada en la plaza de Armas del aeródromo leonés sin el habitual acompañamiento del himno nacional y sólo a golpe de tambor, izada a media asta la enseña nacional para testimoniar el dolor y en señal de condolencia y respecto por las familias de los fallecidos.

El Príncipe fue recibido por el director de la Academia Básica del Aire el coronel Muñoz Bronchales, tras pasar revista al escuadrón de alumnos. El arzobispo castrense de España, Juan del Río Martín, fue el encargado de oficiar el acto de Acción de Gracias «con el corazón dolorido» por las víctimas del accidente. Tras el oficio, Don Felipe fue el encargado de entregar el Real Despacho al número uno de la promoción, el sargento Alejandro Polo, al que impuso también la Cruz al Mérito Aeronáutico. Después lo recibieron el resto de los 160 sargentos -40 de ellos mujeres- ya de mano de las autoridades presentes, para despedirse a continuación de la bandera.

Los alumnos escucharon además en esta ceremonia la última lección del curso por parte del coronel Muñoz Bronchales, quien animó a los sargentos a afrontar el «apasionante reto» de servir a la patria y el «compromiso inquebrantable» de la disposición permanente para defender a España, «incluso con la entrega de la propia vida si fuera necesario». Bronchales también reclamó un «recuerdo emocionado» para los fallecidos de Ávila y sus familias y solicitó la protección de la patrona, la Virgen de Loreto, para todos los compañeros desplegados por el mundo en cumplimiento de sus misiones. Con un «¡Viva España1¡Viva el Rey!», el coronel cerró su discurso y los alumnos entonaron el Himno del Ejército del Aire, para después dar paso el emotivo homenaje a los caídos.

Tras este homenaje, Don Felipe se situó al frente de la formación de sargentos y dio la orden de romper filas «por última vez en esta academia» que fue seguida por el tradicional lanzamiento de gorras al aire, para después, celebrar un desfile, ya en la zona de pistas del aeródromo, del escuadrón de alumnos, acompañado por la formación de los aviones de Matacán, y posteriormente la foto de familia con su alteza.