Museos
El Centro de Restauración de Simancas ya ha salvado casi 1.500 piezas patrimoniales
El mayor volumen de intervenciones se realiza en obras de pintura, escultura y documentos gráficos
El mayor volumen de intervenciones se realiza en obras de pintura, escultura y documentos gráficos
Son ya cerca de 1.500 piezas las que se han «salvado» del deterioro en el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, ubicado en la localidad vallisoletana de Simancas, desde su apertura en 1988. Una cifra que aumentaría considerablemente si se tiene en cuenta que se cataloga como una pieza, por poner un ejemplo, un retablo con numerosas láminas o placas fotográficas de un archivo que pueden sumar unas 800.
Una labor tan «ingente» como «puntillosa», según señala el director del centro, Javier Fernández Moreno a LA RAZÓN, con el objetivo de restaurar, en la medida de lo posible, la pieza en cuestión, a través de un proceso riguroso.
Normalmente, en el centro vallisoletano suele haber entorno a una docena de piezas y depende del deterioro el tiempo de arreglo en esta «ITV». A la hora de trabajar hay distintos convenios con instituciones, como las diócesis, museos provinciales, archivos -que cuentan con propios restauradores-. «Nosotros somos los especialistas en determinados bienes y tenemos unos métodos y equipamientos que no tienen otros centros. Nos llega una petición, y a partir de ese momento nos acercamos a verlo, y luego tenemos que cmprobar si podemos», señala el director del centro.
Seguidamente, se hace un primer estudio, debiendo contar con una serie de características como valos histórico, el tema de materiales y la capacidad técnica y la disponibilidad para trabajar en ello.
El proceso, cuando llega la pieza, arranca en los laboratorios donde se realizan distintos estudios y analísticas previas a las intervenciones. Son tres con los que se cuenta en el recinto. Uno de Física, donde se examinan las obras mediante rayos X, reflectografías inflarrojas o se realizan tratamientos de desinsectación mediante una atmósfera baja en oxígeno. En el de Química se analizan estratigráficos de policromías o la identificación de pigmentos y aglutinantes, entre otros aspectos. También ayuda a reconocer o a comparar obras para la autentificación del autor.
Una premisa fundamental es que se hace una exploración fotográfica de todas las obras que llegan al lugar, en el tercer laboratorio. A través de radiografías se obtienen daños estructurales y la construcción de piezas además de la pérdida de policromía, que a simple vista no se puede ver.
El mayor volumen de intervenciones se realiza en los departamentos de pintura y escultura policromada, donde se trabaja en dar mayor esplendor a tallas, tablas, retablos o lienzos. Desde aquí se lleva a cabo todo el proceso vinculado a las obras que van a llegar, desde la valoración previa a su traslado al centro, embalaje, recopilación de datos aportados, planetamiento de tratamiento y ejecución del mismo. «Siempre procuramos intervenir lo mínimo posible. No reconstruimos lo que hay», señala Juan Carlos, responsable de uno de estos departamentos. «Cada pieza es un reto», afirma. Problemas de humedad, condiciones ambientales, carcoma e insectos, el deterioro del tiempo...
Y también se cuenta se suma un departamento de restauración del documento gráfico, como papel o pergamino o de materiales inorgánicos así como el de tejidos.
Eso sí, desde el Centro se elabora un informe con cada pieza, sobre usos prácticos para conservar en condiciones la obra. «Exigimos que haya un compromiso para ello», afirma el director.
El centro cumple 29 años de andadura
Era el año 1987 cuando se ponía en marcha el Centro de restauración de Bienes Culturales de Castilla y León. El objetivo en sus inicios, conservar el ingente patrimonio cultural que atesora Castilla y León, en todo lo que tiene que ver con la pintura y escultura, tejidos, materiales inorgánicos o documentos gráficos. Pero además de este arduo trabajo, el centro vallisoletano se ha sumado a distintos proyectos de investigación junto con otras entidades y administraciones públicas, además de desarrollar trabajos de investigación planteados directamente en el recinto. También ha potenciando un programa específico en beneficio de las Juntas de Cofradías de la Comunidad, además de impartir cursos de especialización, conferencias y desarrollar una importante labor de difusión.
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