El Congreso rinde tributo a León como cuna del parlamentarismo español

El Congreso de los Diputados homenajeó a León como cuna del parlamentarismo español con la presentación de la publicación que así lo reconoce, coeditada por las Cortes Generales y el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, en un acto con el que «se salda una deuda con la ciudad y su historia», según pronunció el alcalde de la capital, Antonio Silván, quien puso en valor que , desde ayer, «ocupa el protagonismo histórico que merece en el lugar donde reside el corazón de la democracia».

Asimismo, la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, enmarcó la cita en los actos con motivo del 40 aniversario de la Constitución.

La publicación, dirigida por Emiliano González, es una edición especial sobre los Decreta de León de 1188, considerado el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario de toda Europa, y ofrece «una perspectiva histórica y social de lo acontecido en el viejo reino».

En este sentido, Silván aprovechó la oportunidad para ensalzar este episodio «en estos tiempos en los que la cultura y la historia, burdamente manipuladas, se utilizan por algunos como muletas para reclamar privilegios para sí mismos, o denegar derechos a otros».

«Nosotros no necesitamos cambiar las hazañas de nuestros antepasados, pues su solo ejemplo, dignidad y visión, contribuyeron a iluminar al viejo continente con iniciativas como la que hoy honramos», subrayó.

En la presentación de la publicación también intervino, aunque no estaba previsto, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que se declaró leonés al igual que burgalés cuando indicó: «Amo profundamente a León, respeto a León, conozco León y sus raíces y de ellas me siento orgulloso» y pronunció un discurso a modo de despedida de la vida política.

A la cita también acudió el presidente de las Cortes de la Comunidad, Ángel Ibáñez, así como el vicepresidente del Senado, Pedro Sanz, y los responsables de la publicación, Esther y Emiliano González, quienes pusieron el momento de la redacción de los decreta como «años decisivos para la conformación del concepto de España», por lo que aseveraron que la «construcción histórica no debe tener ni invención ni imaginación, ni por supuesto manipulación».