Solidaridad
“El Puente”, una gran familia vallisoletana contra el estigma de la salud mental
La asociación da la bienvenida al verano con ambiente festivo y reivindicativo y llamando a la sociedad a favorecer el acceso a la vida ordinaria de estas personas con distintas capacidades
La Asociación "El Puente"Salud Mental de Valladolid celebró ayer en sus instalaciones la fiesta de verano. Una jornada de convivencia que servía de escaparate para recordar la gran labor que allí se hace en favor de las personas con algún problema de salud mental, pero también para reivindicar algunos de los problemas a los que tienen que seguir haciendo frente hoy en día, en pleno siglo XXI. Entre ellos, la "injusta estigmatización"que siguen padeciendo en la sociedad.
"Mucha gente nos sigue apuntando con el dedo", advertía Jesús Corrales, presidente de la asociación "El Puente"y de la Federación e Salud Mental Castilla y León, a la vez que dejaba claro que las personas con enfermedad mental son iguales que el resto, y que solo les diferencia de los demás que tienen distintas capacidades. "Esta es nuestra guerra diaria, y por ello pedimos a todos que nos ayuden a combatir estos prejuicios", apuntaba Corrales, para quien estas personas han demostrado y demuestran en su día a día "que tienen mucho que ofrecer pero también y sobre todo mucho que enseñar".
El responsable de "el Puente"hacía un repaso por los 26 años de historia de la asociación, insistía en la apuesta que siempre han tenido la asociación por la innovación y por adaptarse cada día a los nuevos tiempos; ponía en valor el trabajo de inserción laboral que se lleva a cabo, y que ha permitido la contratación de un centenar de personas el pasado año, o echando una mano en la promoción del autoempleo, como salida laboral de este colectivo; y, de cara al futuro, apostaba firmemente por la figura del asistente personal -actualmente imparten un curso de formación a los asociados- "porque ¿quién mejor que estas personas, que padecen una enfermedad mental, puede ayudar y comprender a otros con el mismo problema?", se preguntaba Corrales.
En el acto también participaba la concejala de Educación e Igualdad en el ayuntamiento de Valadolid, Victoria Soto, quien reiteraba que para el Consistorio, “El Puente"es una prioridad; llamaba la atención sobre que no se puede estigmatizar a una persona por ser diferente y que las diferencias se dan en la actitud y no en las personas; y aseguraba que el reto al que se enfrenta la sociedad en los próximos años pasa por favorecer la incorporación de estas personas a la vida ordinaria. Para ello, afirmaba que las administraciones deben ser las primeras en dar ejemplo y, aprovechando la presencia en el acto de Ángela de Miguel, presidenta de la patronal vallisoletana, animaba a los empresarios a implicarse más en la inserción laboral de este colectivo.
Una gran familia
Y es que "El Puente"es una gran familia. Un clan del que forma parte Alberto, un joven usuario que vive en una de las viviendas tuteladas de la asociación con otras cuatro personas, que leva siete años en "El Puente"luchando cada día, con esfuerzo y dedicación, parasalir adelante y normalizar su vida en su trabajo como electricista o tocando la guitarra, su gran pasión.
Un grupo unido al que aportan también su granito de arena -que en este caso es más una montaña-, trabajadores de la asociación como Iván y David. Dos jóvenes comprometidos socialmente que hacen de todo -David se encargó de cocina la paella que se comieron en la fiesta-, para hacer más fácil la vida a los usuarios del centro y, lo que es también importante, a sus allegados.
Y una gran familia a la que hay que incluir también al club de rugby vallisoletano VRAC Quesos Entrepinares, presente en el acto de la mano de los directivos Juan Pablo Manzano y Alberto Domínguez, con el jugador Steve Barnes, y con la responsable del área social, Paqui Gago. Una entidad deportiva, el VRAC, actual campeón de Liga en España y ejemplo de solidaridad y compromiso social, que apuesta por trasladar y compartir valores del deporte oval como la humildad, la cultura del esfuerzo, del trabajo en equipo, el respeto por el rival, el sacrificio o la disciplina "para formar personas y conseguir una sociedad más íntegra", como señalaba Paqui Gago, así como por introducir el rugby inclusivo como herramienta de promoción del deporte y la salud, y porque en esta actividad “cabe todo el mundo". El acto finalizaba con los protagonistas vistiendo un árbol del centro con lana, como símbolo de la unión que existe entre la ciudad y la asociación.
✕
Accede a tu cuenta para comentar