Castilla y León

La responsabilidad ciudadana, vital para prevenir nuevos incendios en la Región

Suárez-Quiñones asegura que la Junta tiene «el mejor dispositivo posible» para sofocarlos

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, visita el Vivero Central Forestal
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, visita el Vivero Central Forestallarazon

Suárez-Quiñones asegura que la Junta tiene «el mejor dispositivo posible» para sofocarlos.

La responsabilidad ciudadana tiene una importancia vital a la hora de prevenir nuevos incendios en Castilla y León. Así lo afirmó el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a la hora de valorar la presente campaña de lucha contra los incendios forestales, dónde también quiso huir de los «triunfalismos».

«Cuesta mucho hacer balance ahora porque queda todo agosto y septiembre. Preferimos esperar al final porque lo que va bien, puede ir mal hoy mismo», precisó el consejero. Además, recordó que a medida que avanza el verano, el terreno pierde humedad, por lo que pierde protección ante el fuego y aumenta el riesgo de producirse un incendio. Pese a mostrarse esperanzado en que la campaña acabe de manera satisfacctoria, advirtió que todo depende de la responsabilidad de la ciudadanía para extremar las precauciones ante el peligro de incendios.

Suárez-Quiñones, que visitó el Vivero Forestal Central de Castilla y León en Valladolid, afirmó que, hasta la fecha, la Comunidad ha registrado numerosos incendios aunque pequeños que han sido controlados por el operativo regional «potente y muy flexible» con 4.200 profesionales, entre personal público y provado, que fue mejorado con respecto a la anterior campaña. «Tenemos el mejor dispositivo que podemos, pero queremos mejorarlo y cada año trataremos de incluir mejoras en el sistemas, en función del presupuesto de la Junta», aseveró.

El consejero de Fomento y Medio Ambiente confirmó que los servicios de cuadrillas nocturnas de refuerzo del operativo ya están en activo en distintas bases de Castilla y León. Se trata de 40 trabajadores que permiten dar continuidad a la labor de las cuadrillas terrestres en las actuaciones de noche de incendios forestales y son un «refresco» para el personal. Además, también se encargan de vigilar los montes más quemados para detectar pirómanos.