Las organizaciones agrarias denuncian que el contrato lácteo obligatorio no cuaja

La normativa que publicó el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), dirigido por Miguel Arias Cañete, el pasado 2 de octubre, que establecía que todas las transacciones que se llevasen a cabo dentro del sector lácteo a partir de su entrada en vigor al día siguiente debían ir refrendadas por un contrato entre la parte compradora y la vendedora, para garantizar unos precios para los ganaderos, no ha cuajado. Las organizaciones profesionales agrarias calculan que tres meses después, apenas uno de cada cuatro ganaderos ha suscrito un contrato con una industria que «sigue aprovechando» su posición dominante para intentar fijar precios «de miseria», muy por debajo de los costes de producción.

Desde Asaja se considera que el texto normativo se ha quedado en «papel mojado» y piden al Ministerio que revise en qué ha falladoy qué medidas se deben poner en marcha para garantizar un libre mercado que eleve los precios que peerciben los ganaderos, impulsando su movilidad entre industrias.

Su secretario general, José Antonio Turrado asegura a Ical que la industria «ya no tiene miedo a no tener contratos», pero que aunque uno de cada cuatro ganaderos contara con un contrato, la mayoría se encuentra a la expectativa, ya que la normativa aprobada por el Miniestrio «no ha funcionado correctamente en ese tiempo».

Turrado asumió que la imposición de contratosconstituye «un cambio importante para todo el mundo» y los que se firmen al principio no tendrán duraciones largas, sino que establecerán condiciones mes a mes. Criticó a la industria por aprovecharse por su situación dominante, a la hora de fijar los precios que ofrece a los ganaderos, pero recordó que se reproduce la misma situación que hasta ahora sin contrato.

La responsable de Ganadería de UCCL, Adoración Martín, denunció que la mayoría de los ganaderos de vacuno de leche de la Comunidad sigue sin contar con contratos a pesar de la obligatoriedad intrudica el pasado mes de octubre. Martín cifró también en torno a un 25 por ciento, los ganaderos que han suscrito los contratos con la industria, eso sí, de duraciones limitadas a unos meses, por si no pueden aguantar ante los bajos precios que se ofrecen, y «por miedo» a que dejen de recoger y pierdan las ayudas. Y es que sin ese documento que debe remitir la industria a la interprofesional Inlac, ésta se puede negar a recoger la leche.

La ganadera abulense denunció que la industria «sigue ejerciendo su posición de dominio» ante los ganaderos.

Propuestas «terroristas» para UPA

El responsable del sector en la Alianza por la Unidad del Campo, que integran UPA y COAG, Aurelio Pérez, afirmó que la normativa del Magrama está prorrogada y la firma de los contratos no tienen carácter obligatorio, aunque la industria está aprovechando la coyuntura para presionar a los ganaderos para que firmen con precios, en algunos casos, «escandalosos», dijo. l respecto, calificó algunas propuestas de las industrias de «terroristas», con ofertas «miserable y asquerosas» de 18 céntimos de euros por litro. Recordó que esos contratos regulados por el Ministerio no contemplan un precio mínimo, por lo que «son un arma contra el ganadero». «Si no se fijan precios mínimos que garanticen cubrir los costes de producción y un sistema de control, un arbitraje cuando no haya acuerdo entre las partes, no se puede obligar al ganadero a que firme nada y se le diga que está obligado».