Liga LEB

Los clubes del deporte minoritario sobreviven con mínimos recursos

La Razón
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Momento complicado y de mucha incertidumbre son los que viven los clubes del deporte ajeno al fútbol en Castilla y León. En algunos casos han desaparecido, como el Baloncesto León, que incluso llegó a jugar en ACB, mientras que otros pueden estar viviendo las últimas horas, como un histórico como el Caja Segovia, al que la fusión de la entidad con Bankia hace peligrar seriamente su viabilidad.

En el caso del baloncesto, el Blancos de Rueda, único representante del ACB, vive una situación dulce en el aspecto deportivo, siendo uno de los equipos revelaciones de la categoría, pero adeuda a jugadores de la anterior temporada, la actual y a los empleados varias nóminas.

No se puede decir lo mismo tanto del Ford Burgos y del CB Palencia, de la liga LEB, y del Perfumerías Avenida y Tintos de Toro de Zamora, que además de estar haciendo una óptima campaña, están saneados y con unas cuentas equilibradas.

En el caso del balonmano, la situación varía. Paso atrás de los dos «grandes» con grandes deudas. El Ademar en Preconcurso de Acreedores, aunque el hecho de jugar la Champions lo está notando en la Liga. El Cuatro Rayas, de luchar por el tercer puesto todos los años, renunció a Europa y es el farolillo rojo de la Asobal, con el quinto menor presupuesto. Los desvaríos de la directiva, que quieren abandonar el barco cuanto antes, han permitido un desequilibrio tal en la plantilla tanto en nóminas como en inexperiencia que hacen que el club haya entrado en una dinámica peligrosa. El Villa de Aranda, recién ascendido, acumula una pequeña deuda por el esfuerzo de jugar en la máxima categoría, donde están cumpliendo con creces.

En fútbol sala, al caso ya comentado del Caja Segovia, que debe reunir 300.000 euros para acabar la temporada, se une el Arcebansa Zamora, que llegó a jugar en la División de Honor y que ahora deambula en Primera Nacional.

Respecto al rugby, el Quesos Entrepinares, candidato al campeonato de Liga este año está al día con los pagos, algo que no ocurre con su vecino, El Salvador, que adeuda alrededor de 600.000 euros.

En otros deportes y en categorías más modestas, los clubes sobreviven a duras penas con presupuestos más que ajustados.