Castilla y León

Sainete socialista para desalojar de Ponferrada al 'popular' López Riesco

Folgueral es elegido alcalde tras pactar con Ismael Álvarez, en el Día Internacional de la Mujer

El provisional alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, es manteado tras resultar elegido
El provisional alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, es manteado tras resultar elegidolarazon

Un sainete. Un esperpento. Un disparate. Así calificaban muchos ponferradinos ayer una jornada que tardarán mucho tiempo en olvidar. En la capital del Bierzo tenía lugar la segunda moción de censura de su democracia, que prosperó gracias a los voto de ocho socialistas y cinco miembros de Independientes Agrupados de Ponferrada, que desbancaron al hasta ahora alcalde del PP, Carlos López Riesco, elegido en las urnas por mayoría simple en 2011.

Era el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y salía adelante una moción de censura gracias al apoyo a la misma de Ismael Álvarez, ex alcalde y condenado por acoso sexual hace una década por el «caso Nevenka». El nuevo alcalde, Samuel Folgueral, se prestó al juego, tal como lamentaban algunos de los críticos vecinos que acudieron al pleno -una sesión tensa en la que también hubo recriminaciones a López Riesco, en particular de los mineros-, aunque, con el aval de los responsables provinciales y autonómicos del PSOE daba el paso hacia la Alcaldía. Folgueral reconocía, durante su alocución, que «la moción era poco popular», si bien, justificaba ante los asistentes, cientos a las puertas del salón de plenos, que se debía a «la desidia y falta de ilusión» que los socialistas atisbaban a su alrededor. Allí, comprometía, entre sus principales retos, salvar la minería, el Campus universitario y el Mundial de Ciclismo, «lejos -dijo- de proyectos faraónicos». Por su parte, López Riesco, cargaba las tintas contra Ismael Álvarez, ex compañero en las filas del PP, al acusarle de llevar «dos años y siete meses» para desalojarle. De igual modo, se dirigió a su sucesor en el cargo, indicándole que «nos vamos por la puerta principal porque por ahí entramos. Ustedes, de momento, entran por la puerta de atrás». En ese punto, le indicó que los dos años que restan de legislatura será «rehén» de las decisiones del acusado por el caso Nevenka.

Las pancartas alusivas al pacto entre Folgueral y Álvarez, que hablaban de un acuerdo «antinatura», comenzaron a lucir en los pasillos del consistorio ponferradino, dado que las ideologías de ambos grupos son opuestas. Algo a lo que aludía también López Riesco, quien criticó este pacto -como también hicieron otros socialistas-, que ponía de manifiesto las «contradicciones» presentes en el acuerdo.

Si bien, tras los gritos de rigor de seguidores de unos y simpatizantes de otros, un tópico en cualquier moción de censura que se precie, el giro se producía desde Ferraz, dado que el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, exigía, pasadas las 19 horas, echar atrás el acuerdo, dado que en él había participado Ismael Álvarez. De esta manera, se subía al carro de Carme Chacón y desacreditaba a su secretario de Organización y líder de la oposición en Castilla y León, Óscar López, quien apenas tres horas antes, justificaba el pacto entre PSOE e IAP porque, de esta manera, «desde hoy hay un alcalde socialista en Ponferrada y un acosador menos en política». Ante tanto acontecimiento, a última hora de ayer, la secretaria general del PSOE de Ponferrada, Helena Castellano, dijo, en declaraciones a Efe, que Folgueral no dimitirá y pidió a la Federal que espere a las 12 de hoy, cuando, salvo sorpresa, dimitirá Álvarez. En caso de no ser así, aseguró, se tomarán las medidas oportunas.

Indignación de casi todos en la política autonómica

El más severo fue el coordinador regional de IU, José María González, quien calificó de «ejemplo denigrante» para la democracia la forma en que el PSOE logró la Alcaldía de Ponferrada. Un hecho, dijo, «sumamente trágico» al coincidir con el Día de la Mujer. Desde el PP, Alfonso Fernández Mañueco, cargó contra el PSOE, al que acusó de demostrar «lo poco que le interesa la ciudadanía de Ponferrada». El ex alcalde, Carlos López Riesco, consideró que los socialistas «se toman todo a broma y es muy triste para mí ver cómo Ponferrada está proyectando una mala imagen de su ciudadanía y su gobierno».