Salamanca recuerda a Fray Luis de León con una «réplica» del encuentro de poetas del 53

La ciudad de Salamanca y el vecino municipio de Cabrerizos rememoran durante estos días la figura poética de Fray Luis de León con una «réplica» y reedición del encuentro de poetas que, con motivo de homenajear al escritor y religioso agustino del siglo XVI, tuvo lugar en los mismos emplazamientos en 1953. La capilla de San Jerónimo del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca fue la encargada de acoger así en la mañana de ayer la ceremonia inaugural de la cita. Un encuentro que, bajo el título «Ab ipso ferro», congrega a en torno a 40 poetas entre los muros de la Universidad de Salamanca y el paraje de La Flecha, perteneciente a la localidad salmantina de Cabrerizos.

En el acto de inauguración, participó el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, quien consideró «un día hermoso» para el Estudio salmantino por iniciarse «recordando a Fray Luis de León y también a Azorín, que abrió el Congreso de los años 50 diciendo que la poesía vence al tiempo porque encierra la esencia de las cosas».

Por su parte, la directora general de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, Mar Sancho, mostró el apoyo del Gobierno regional al encuentro «dentro del plan para el impulso de la literatura, la creación literaria y la lectura», y por ser «una aglutinación de poetas, algo insólito en el tiempo actual, que pone muy a punto esa visión literaria ligada a la conmemoración de los 800 años de historia» de la Usal.

Para Sancho, el Congreso de Poesía Fray Luis de León significa «mantener la vertiente literaria y poética vigente», con una «réplica de aquel Congreso que tuviera lugar con grandes nombres poéticos de la época en 1953 bajo el amparo de la figura de Fray Luis de León, tan ligado a esta casa y uno de los grandes referentes de la literatura en lengua castellana».

Entre los poetas participantes en el Congreso, se encuentra el creador leonés Antonio Colinas, quien destacó precisamente a Fray Luis de León como «un luchador y, a la vez, un contemplativo, el más órfico pitagórico de los poetas españoles de todos los tiempos».

«En sus versos y poemas hay una música, una melodía, una concisión, una perfección, una suma de sentimiento y pensamiento que no existe en ningún otro poeta», reveló.