Castilla y León
Toman medidas para hacer frente a la falta de organistas litúrgicos en las iglesias
Entre ellas, figuran un Curso Nacional y el refuerzo de este instrumento en los conservatorios de la Región
Durante las últimas décadas, las iglesias de Castilla y León y de toda España han ido sustituyendo la música de órgano en directo por la reproducción de discos grabados. Para hacer frente a este problema, la Comunidad ha dado un paso adelante y, desde hace once años, organiza, en alguno de sus municipios, el Curso Nacional de Organistas Litúrgicos para que, aquellos que ya estén familiarizados con el teclado, sean capaces de tocar también este instrumento.
Así, cada otoño una nueva cantera de músicos especializados sale de las aulas castellanas y leonesas, después de haberse formado con organistas de la talla de Antonio Noguera, Álvaro Carretero o Francisco Javier López García.
El objetivo es dotar de unos adecuados estudios a todos aquellos músicos y religiosos que desean ejercer un oficio cada vez más reivindicado en las parroquias de toda España a través de sus conocimientos en interpretación, armonía y acompañamiento, liturgia y cantoral.
Para poder acceder a esta educación es necesario llevar en la formación de piano al menos tres años o ser organista formado pero sin conocimientos en esta especialidad.
Además de esta iniciativa, que cuenta con el respaldo de la Conferencia Episcopal, dos conservatorios de música de Castilla y León ofrecen formación reglada a sus alumnos en este instrumento: los de Palencia y León.
El último en sumarse a esta corriente ha sido el de la capital leonesa, auspiciado por la inauguración del nuevo órgano de su Catedral, hace cinco años.
Así, el «José Castro Ovejero», cuna de músicos al calor de la larga tradición organística de la capital, cuenta desde este curso con una enseñanza profesional equivalente a la del resto, aunque para matricularse en ella es necesario estar en posesión de los títulos de clave o piano o haber realizado cursos al respecto.
Los estudios en estos centros, por motivos de espacio y acústica, se llevan a cabo, en la mayoría de las ocasiones con un pequeño órgano (de inicio), aunque, cuando los alumnos avanzan, pueden practicar en algunos de los instrumentos existentes en los templos de estas ciudades, como en el de la iglesia leonesa de Santa María la Real.
Con estas iniciativas, Castilla y León pretende dar un impulso a este instrumento dentro de una tierra, y de un país, que es cuna de grandes compositores para órgano y músicos, y de una Comunidad con el mayor número de órganos barrocos de España.
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