Rally Dakar
Una campeona burgalesa que sueña con el Dakar
A sus 25 años, la piloto Cristina Gutiérrez, ya cuenta con cuatro entorchados nacionales y acaba de lograr su primer triunfo internacional en Qatar
Es indudable que lleva gasolina en sus venas. Así lo atestigua su currículo con cuatro campeonatos de España de Rallyes Todo Terreno en categoría femenina y un subcampeonato nacional absoluto. Un palmarés que ha engordado hace apenas unos días con la Copa del Mundo en su primera aventura internacional, celebrada en Qatar. Y todo ello, con apenas 25 años.
«Con sólo cuatro ya mi padre me introdujo en el mundo del motocross, a los nueve empecé a competir en varias pruebas del Campeonato de España de Karting y en Fórmula BMW. Y a los 18 años, que es cuando la Federación te permite conducir, empecé en el Nacional de Rallyes Todo Terreno», explica a LA RAZÓN Cristina Gutiérrez, entre clase y clase, de un máster en ortodoncia que viene realizando. «Al volante descargo todos mis problemas, una forma de liberación con la que disfruto. Es una pasión que va creciendo y que me incita a seguir compitiendo», asegura.
El pasado año ha significado un antes y un después en su meteórica carrera en el mundo del motor, al coronarse por cuarta vez consecutiva campeona de España femenina y quedándose a los pies del absoluto, ante medio centenar de competidores masculinos. Además fue seleccionada para participar en un campus internacional en Qatar, donde lograba un meritorio tercer puesto que le daba acceso a participar en la Copa del Mundo, celebrada el pasado mes de abril, en el país asiático, donde junto a la copiloto sudafricana Sandra Labuscagne, se coronaba em la categoría T1. «Había competido en pruebas mundialistas, pero siempre en España y ha sido una experiencia inolvidable al conocer a mucha gente, que te da muchos consejos y opiniones muy valiosas», dice.
«Siempre he crecido desde la base y al final del año han llegado las recompensas. Hemos ido (aquí no se olvida a nombrar a su hermano y copiloto Gustavo en las carreras nacionales) subiendo poco a poco, aprendiendo eso sí, siempre», indica. Un dato curioso, que certifica su buen hacer pilotando es que ha sido la única participante en el último Campeonato de España que ha conseguido llevar el coche hasta el final en todas las carreras. «La regularidad y el saber estar en la pista es lo que más se valora. La mente es indispensable para saber administrarte muy bien», asegura.
Con los pies en el suelo, son dos los retos que tiene actualmente en mente. Por un lado ser la primera mujer en ganar el Campeonato de España, aunque su sueño principal sería el poder participar en el Dakar. Y es por ello, según manifiesta, que se hace indispensable competir cada vez más en carreras internacionales, para darse a conocer, en especial a patrocinadores para «que nos puedan financiar». Un hándicap vital e indispensable para la piloto burgalesa, que cuenta con el apoyo de un único espónsor, de la tierra como Mitsubishi de Burgos (Uremovl), para poder competir y finalizar la carrera para pilotos de motor por excelencia.
Eso sí, complejos ninguno, a la hora de competir en un deporte dominado por hombres. «Es difícil por que te sientes un poco sola por el hecho de ser mujer. Al final te tratan como a uno más. Y me siento afortunada de ser una mujer y poder participar. He de reconocer que los compañeros han ofrecido su ayuda desde el primer minuto y no me puedo quejar».
Aún así, el mundo del motor sigue sin encajar en el mundo femenino y tampoco en una comunidad como Castilla y León, salvo raras excepciones. «No sé cuáles son las causas pero el secreto está en que si te gusta lo intentes. Estoy segura de que hay que chicas a las que les apasiona pero que por vergüenza o por el qué dirán, terminan tirando la toalla, incluso sin llegar a empezar. Y es verdad que en esta Comunidad no hay tanto apoyo como en Cataluña, Valencia y Andalucía. También es que no existe mucha afición y desde las administraciones tampoco se organizan muchas carreras de este tipo».
Cristina Gutiérrez también tiene tiempo para mostrar su lado más solidario al participar en la Fundación Cris Cáncer, a favor de los niños que padecen esta enferemedad, además de colaborar con un niño que tiene una discapacidad. Y también para seguir formándose -es licenciada en odontología-. «Vivir del motor es muy complicado», pero sí, se muestra optimista y se ve, más pronto que tarde, participando en el Rally Dakar.
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