Villarrubia tiende la mano a Herrera para traer «más esperanza» en 2013

«Si se quiere, se puede». El secretario general del PSOE de Castilla y León pone al plan de choque contra el desempleo pactado entre la Junta y su partido hace poco más de un mes, que ha impedido la desaparición de municipios y entidades locales menores gracias a la financiación condicionada, como ejemplo de lo que se puede conseguir el próximo año en Castilla y León si populares y socialistas van de la mano en las cuestiones importantes que afectan a los ciudadanos.

Julio Villarrubia comparecía ayer ante la prensa para hacer balance de este 2012 que se acaba, y aprovechaba su intervención para tender la mano de su partido al Gobierno regional «para traer más ilusión y esperanza a Castilla y León» el próximo año. Villarrubia reconoce que hay serias discrepancias entre unos y otros, pero insiste en su voluntad de hablar y negociar con la Junta, desde la lealtad, para mejorar la calidad de vida de castellanos y leoneses.

Sin embargo, esta mano tendida no será gratis, ya que, a cambio, el líder socialista reclama a Juan Vicente Herrera y sus consejeros que abandonen su sumisión al Gobierno y sean más reivindicativos para defender, dijo, «lo poco que queda en Castilla y León del ataque que está sufriendo por parte de Mariano Rajoy». Y puso como ejemplos, la minería, la central nuclear burgalesa de Garoña o la norma del Ibérico.

Poco más de una rueda de prensa, que sirvió de antesala al tradicional brindis navideño de los socialistas con los medios de comunicación, en la que el resto de su intervención fue un ataque continuo a la política llevada a cabo por el Gobierno y la Junta este año. Desde el empobrecimiento general de la sociedad, «agravada -dijo- por la ideología de un Gobierno muy conservador», hasta la pérdida de calidad democrática, «con la pérdida a chorros de derechos y libertades a través de recortes y más recortes en el Estado del Bienestar, que lo único que han traído es demasiado sufrimiento a los españoles». Julio Villarrubia se refería también a los problemas que está atravesando el Banco Ceiss, cuya posible ruptura con Unicaja podría dejar en la calle a 1.500 personas, así como al cierre temporal durante cinco meses de los paradores. Y al respecto, avisa que su partido no se quedará con los brazos cruzados y que defenderán los puestos de trabajo que puedan estar en peligro.