Teatro

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75 años sin dejar de bailar

El Apolo celebra su aniversario con conciertos, charlas, exposiciones y un libro.

En 1935 abría el Apolo como parque de atracciones indoor. Luego pasaría a ser también una sala de baile, incluso llegó a ser un espacio de patinaje con su propio equipo de hoquei patines.
En 1935 abría el Apolo como parque de atracciones indoor. Luego pasaría a ser también una sala de baile, incluso llegó a ser un espacio de patinaje con su propio equipo de hoquei patines.larazon

El Apolo celebra su aniversario con conciertos, charlas, exposiciones y un libro.

Los tiempos cambian, pero tampoco tanto. Ese es el mensaje detrás del 75 aniversario de la Sala Apolo, efeméride que la convierte en la más antigua de toda España todavía en funcionamiento. En 1935, José Vallés Rovira abría junto al Teatro Apolo un espacio recreativo que se convertiría en el parque de atracciones «indoor» más grande de toda Europa. Sin embargo, en 1943, Vallès, siempre atento a los gustos del público, lo convertía también en una sala de baile en el piso de arriba. 75 años después, sigue siendo un espacio de referencia para el baile y la música.

Durante todo este 2018 y para conmemorar a lo grande la efeméride, el Apolo prepara 4 grandes exposiciones. «La primera está basada en fotos de conciertos de los grupos que han pasado por la sala. La segunda será una muestra de cartelismo e imagen gráfica. La tercera serán fotos del propio público a lo largo de los años. Y la cuarta ya será una gran retrospectiva de todas las etapas que ha tenido la sala, con imágenes que no se han visto nunca», señaló ayer Albert Guijarro, responsable de la sala.

Además, el Apolo prepara un libro, editado por Comanegra, que relatará la dilatada historia de la sala y su influencia en la sociedad barcelonesa. Escrito por la histriadora Eva Espinet incluirá todo tipo de documentación. «En los años 40 se bailaba en todas partes. Los restaurantes siempre tenían un espacio para bailar. La sala aglutinó ese espíritu y se convirtió en visita obligada», comenta Espinet.

Por último, la sala también prepara una serie de conciertos conmemorativos específicos, dedicados a los diferentes estilos que han marcado la sala, desde la electrónica al indie pasando por el swing. Respecto a este estilo, el Apolo prepara un gran concierto con la orquesta de swing adaptando a este estilo grandes éxitos del pop que eligirá el mismo público a través de votaciones por la red. Aunque el gran concierto será el dedicado a la escena barcelonesa que durará más de doce horas y presentará los grupos emergentes, consolidados y ya míticos que convivieronc on el Apolo. Por último, una gran banda internacional pondrá la clausura de los actos conmemorativos en diciembre en un concierto especial en el Apolo.

La sala ha sido muy importante por muchos motivos. En los años 40, los soldados americanos que acababan de atracar en el puerto salían corriendo a la sala para pasar unanoche memorable antes de tener que volver a filas. Dentro de la documentacfión encontrada para el libro de Espinet existe una carta firmada por el mismísimo presidente Roosvelt en que da permiso a los soldados para abandonar el barco.

Lo que hacían entonces estos marinos era pagar por bailar con las chicas de la sala, bautizada como taxigirls. Tenían una especie de tickets, como carnets de baile, que los soldados adquirían y se reservaban así un baile. Por suerte, los tiempos sí cambian un poco con los años.

Las anécdotas son múltiples. En los años 50, el mismo Vallés Rovira convertiría el espacio anexo a la sala en un parque de patinaje. El éxito del espacio fue tal que hasta fundaron un equipo de hoquei patines que acabó por ganar la liga nacional. Con los años 60 y 70 se convirtió en espacio de recreo de la gausche divine y ya en los 80 se convirtió en un espacio salvaje donde cualqueir cosa podía pasar.

A principios de los 90, con la entrada de Producciones Animadas y después del Nitsa se consolidó como espacio de conciertos y plataforma de la cultura de clubs. Desde entonces, más de 11.000 grupos han actuado en los más de 7.700 conciertos que se han programado. Incluso aquí se celebró la primera edición del Festival Sónar y se empezó a cocer lo que acabaría por ser el Primavera Sound.

Cuando tres generaciones pueden bailar en el mismo espacio, seguro que es un sitio muy especial lleno de historias. Durante este 2018 conoceremos muchas, «aunque las mejores anécdotas, me dicen, no se pueden contar», concluye Guijarro.