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Alejandro Fernández defiende un proyecto propio del PP para Cataluña

Erige a su formación en el único representante del centro derecha y define a C's y Vox como «partidos reactivos»

Alejandro Fernández durante su intervención en el Círculo Ecuestre, ayer
Alejandro Fernández durante su intervención en el Círculo Ecuestre, ayerlarazon

Erige a su formación en el único representante del centro derecha y define a C's y Vox como «partidos reactivos»

Dos semanas después de asumir las riendas del PP, Alejandro Fernández sigue dando pasos para dar a conocer los planes que tiene para reimpulsar al partido y dar salida al embrollo político catalán. Ayer lo hizo en el Círculo Ecuestre, donde erigió a su formación como la única alternativa en el centro derecha capaz de combatir el «populismo independentista y de izquierdas». Fernández aseguró que solo el PP representa al centro derecha liberal-conservador en Cataluña ya que, a su juicio, C's y Vox son «plataformas de respuesta» para frenar el desafío secesionista pero sin un rumbo ideológico definido, e invitó a los asistentes a comprobar qué vota la formación naranja en el parlamento para determinar su orientación «socialdemócrata o de protesta» y acusó a Vox de ser una respuesta «reactiva a quienes quieren liquidar el Estado de las autonomías pero desde el otro lado».

«Respeto el papel que ha jugado C's», puntualizó Fernández, pero expresó su rechazo por Vox: «Hay que discernir entre los votantes de Vox y la estrategia de Vox. A mi no me gusta la estrategia de Vox». Tras ello, destacó que su propósito es resucitar al PP y devolverle la utilidad perdida porque, según apuntó, ha coincidido el declive de los populares con la «pérdida de la estabilidad y de la convivencia». «Hay algunos que querían sacar al PP de la ecuación para dar estabilidad a Cataluña. Pero cuanto menos PP, menos convivencia», precisó. En este sentido, ante las críticas de uno de los asistentes por el tradicional sometimiento del PP catalán a los dictados de la dirección nacional, Fernández defendió la necesidad de urdir un proyecto propio del PP para Cataluña.

En este sentido, tildó al independentismo de movimiento «populista de manual» con «retórica caudillista» y «vocación resurreccional» que hay que detener y recordó los años de parálisis que ha atravesado Cataluña con Carles Puigdemont y Quim Torra, entregados a la CUP. Asimismo, rechazó abrir una vía de diálogo con el actual president ya que juzgó que Torra no tiene ninguna voluntad: «Su diálogo es: toma esto y tragátelo».

Finalmente alertó contra dos «terapias» que no tienen encaje ahora en el panorama político catalán para dar salida a la crisis política: el catalanismo, porque consideró que está «agotado» y el «método Zapatero», que acusó de ser «el origen del problema» por definir a Cataluña como «sujeto político al margen de España» –este método, según afirmó, lo están tratando de resucitar el PSC, Comunes y ERC con un tripartito–. Frente a estos dos terapias, a la vía del PP, que pasa por redefinir competencias como la educación, la sanidad o la seguridad.