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Anécdotas de rodaje

La Filmoteca dedica una exposición a las fotografías que los hermanos Gómez Grau realizaron en las grandes superproducciones de Hollywood rodadas en España

La actriz Julie Christie dando una cabezadita en un descanso del rodaje de «Doctor Zhivago»
La actriz Julie Christie dando una cabezadita en un descanso del rodaje de «Doctor Zhivago»larazon

La Filmoteca dedica una exposición a las fotografías que los hermanos Gómez Grau realizaron en las grandes superproducciones de Hollywood rodadas en España

Cuando estaba nervioso, Paul Lukas tocaba obsesivamente la misma melodía al piano. Era una tierna nana húngara que le cantaba su madre cuando era pequeño, algo como «mmmm mmmm mmmm», pero más cándido y sobrecogedor, como un beso de aliento en la frente. Era empezar a tocar y sus nervios se relajaban. Cualquier pinzamiento desaparecía y se sentía liviano, con una tonta sonrisa en los labios.

Lukas estaba realmente nervioso aquella tarde. La única petición que había realizado al productor Samuel Bronston para viajar a Madrid al rodaje de «55 días en Pekín» era precisamente que le indicasen dónde podía encontrar un piano si lo necesitaba. Y ahora lo necesitaba, no tanto como una gallina que pusiese huevos de oro, pero sí.

Corrió a la casa del director del filme, Nicholas Ray, que tenía piano. Éste lo recibió con una botella de gin en la mano y un evidente desprecio borracho hacia su persona. «No, toca, toca, no me importa», dijo sarcástico el director y le dejó pasar.

Lukas corrió al piano y consiguió relajar su temperamento. A los pocos segundos, otra persona empezó a llamar a la puerta. Era Charlton Heston, que empezó a discutir con Ray, recriminándole su actitud. Cuando vio a Lukas tocar el piano, perdió definitivamente la cabeza. «Por qué tocas para este energúmeno», gritó y se marchó dando un portazo.

Tanto daba, la melodía seguía consiguiendo su efecto. Acto seguido volvieron a llamar a la puerta. Entró Ava Gardner echa un basilisco, acusando a Ray de comportamiento deleznable y muy poco profesional, soltando mil insultos llenos de veneno. Lukas intentaba no oir, así que empezó a tocar todavía más fuerte, lo que hizo que la actriz se percatase de su presencia. «¡Ahora le tocas nanas al jefe, eres un vendido, qué asco!», dijo y también se marchó dando un portazo. La puerta no entendía por qué todo era culpa suya.

No, la canción a estas alturas había perdido su magia, sonaba a dolor e infierno, e iba a parar, tenía que hacerlo, le estaba destrozando los nervios, pero Ray se lo impidió con furia. «Estás loco, no pares, auyenta a los actores, es una maravilla», dijo antes de dar un último trago y desmayarse con una tonta sonrisa en los labios. Lukas, por su parte, ya había perdido la cabeza. «Mmmm mmmm mmmm». Ni aún así.

Las anécdotas en torno al rodaje de «55 días en Pekín» son legendarias, la mayoría producto de la ficción más malsana. Los que vivieron aquellos apasionados días fueron Claudi y Frederic Gómez Grau, que certificarían la falsedad de la anécdota de Paul Lukas, pero que podrían explicar otras todavía más jugosas al ser los fotógrafos encargados de la foto fija del rodaje, lo que les posibilitó inmortalizar a los icónicos actores en los descansos y llenar de humanidad sus míticas figuras.

La Filmoteca de Cataluña, que custodia su fondo con más de 6.284 instantáneas, presenta ahora la exposición «Cerca de Hollywood», una aproximación al trabajo que hicieron estos dos hermanos en las diez superproducciones que Hollywood trajo a España, sobre todo de la mano de Samuel Bronston. Nacidos en Cervera, Lleida, comenzaron a colaborar con el célebre productor en «Rey de reyes», también de Nicholas Ray, y a partir de allí no dejaron de llamarle por su sobresaliente trabajo. Esto les permitió acercarse a estrellas mundiales y capturarlas en momentos de intimidad como Sofía Loren, Julie Christie, Ava Gardner, John Wayne o Rita Hayworth.

En la exposición se pueden ver sus fotografías de «El fabuloso mundo del circo», de Henry Hathaway, con Rita Hayworth, Claudia Cardinale y John Wayne. También fueron testigos de «El Cid» o «La caída del Imperio romano», de Anthony Mann, con James Mason, Mel Ferrer y Sophia Loren.

Con David Lean viajaron a Jordania para buscar localizaciones para «Lawrence de Arabia» y repitirían con el director con «Doctor Zhivago». Las fotografías muestran la transformación de la estación madrileña de Delicias en la estación de Moscú, y Canillejas convertida en una calle moscovita. «Patton», «El hombre en una tierra salvaje», «La caída del imperio romano» o «Viaiajes con mi tía», de George Cukor, completan una exposición que da rostro humano a las leyendas.

Dónde: Filmoteca de Catalunya, pl. Salvador Seguí, 1-9.

Cuándo: Hasta el 16 de septiembre.

Cuánto: Entrada gratuita.