Cataluña

CDC volverá a proponer a ERC una lista conjunta si se repiten las generales

Las elecciones serían el 26 de junio y Convergència tiene previsto su congreso de refundación del 3 al 5 de junio

Homs (Convergència) y Tardà (ERC) charlando con los diputados del PNV en la reciente sesión de investidura celebrada en el Congreso de los Diputados
Homs (Convergència) y Tardà (ERC) charlando con los diputados del PNV en la reciente sesión de investidura celebrada en el Congreso de los Diputadoslarazon

Las elecciones serían el 26 de junio y Convergència tiene previsto su congreso de refundación del 3 al 5 de junio.

Convergència Democràtica se halla inmersa en un proceso de renovación cuyo alcance es pronto para conocer. Se desconoce por el momento quiénes tomarán las riendas y qué reformas se llevarán a cabo para que el partido recupere los miles de electores perdidos en los últimos años. De ahí que ante la posibilidad de unas nuevas elecciones generales –que serían el 26 de junio–, los pesos pesados de CDC tengan claro que lo más conveniente para su formación sería acudir a las urnas junto a ERC y no en solitario. «Cuando hemos ido juntos se ha sacado un excelente resultado y se han ganado las elecciones, y no ha sido así cuando se ha concurrido por separado», recordó ayer la portavoz del Govern y dirigente de CDC, Neus Munté, en una entrevista en Catalunya Ràdio.

Los convergentes lograron con grandes esfuerzos –y no pocas presiones– que ERC aceptara integrarse en la lista de Junts pel Sí en las últimas elecciones catalanas, pero no lograron que los republicanos volvieran a hacerlo en las generales. Esquerra, ansiosa de obtener una victoria que reflejara una nueva hegemonía en el catalanismo político, acudió al 20-D con sus siglas pero solo logró a medias el objetivo. Batió a CDC –que se presentó con la marca Democràcia i Llibertat–, sí, pero no venció la cita en Cataluña porque la victoria quedó en manos de En Comú Podem.

Las presiones de CDC

Los convergentes ya tuvieron que asumir una dolorosa derrota en las elecciones municipales, cuando perdieron el control del Ayuntamiento de Barcelona sólo cuatro años después de conquistarlo. Tras aquel varapalo, Artur Mas advirtió de que las confluencias de la izquierda eran una seria amenaza para el soberanismo, pero sus rivales interpretaron que el líder de CDC lanzaba una llamada de socorro desesperada a ERC para evitar su descalabro electoral.

Aquellas municipales fueron las últimas elecciones en que Convergència concurrió junto a Unió. Tras la ruptura de CiU, Mas centró todas sus energías en atarse a ERC y salió airoso del pulso. Para ello tuvo que amenazar con dilatar el proceso soberanista con una llamada a las urnas más allá de 2015 y también tuvo que diluirse en una lista electoral yendo como número cuatro.

Hoy ERC está en una posición mejor que CDC. Su líder, Oriol Junqueras, gobierna el partido republicano sin corrientes críticas y no hay ningún escándalo de corrupción que desgaste su proyecto político.

Muy distinta es la situación en CDC, que admite que está en un momento donde todo puede replantearse: el nombre del partido, su ubicación en el eje izquierda-derecha, su sistema de elección de candidatos y sus nuevos hombres fuertes.

El interrogante es saber si verdaderamente el proyecto de Convergència va a experimentar una renovación a fondo. Los aspirantes a tomar las riendas del partido (Germà Gordó y Jordi Turull ya son candidatos oficiosos y a ellos podría añadirse un afín a Josep Rull) están en pleno trabajo para convecencer a cuadros y a militantes de las bondades de su proyecto. Mas asegura que no tomará partido por ninguno de ellos, sino que mantendrá una posición neutral.

Y los aspirantes trabajan de forma silenciosa para conseguir adeptos. Ayer Gordó protagonizó una conferencia a puerta cerrada en el hotel Majestic invitado por la Fundació Catalunya Oberta. El ex conseller de Justicia trazó las líneas maestras de su proyecto. Primera: Convergència debe convertirse en un nuevo partido. Segunda: el nuevo proyecto debe ubicarse en un centro amplio y no en la izquierda. Tercera: la elección de cargos institucionales en el partido debe realizarse mediante primarias y debe fijarse una limitación de mandatos. Y cuarta: la nueva estructura debe tener menos ámbitos sectoriales y ser más transversal.

Quedan muchas reuniones de trabajo en Convergència. Los militantes están llamados a lo largo de estas semanas a participar en unas sesiones que llevan por nombre «Turno abierto» cuyo objetivo es realizar una especie de macroencuesta para conocer los deseos de la militancia.

Según la dirección de CDC hay elementos que no están en duda. La remodelación, por ejemplo, no pondrá en cuestión que el nuevo partido será independentista. Falta por ver, sin embargo, si se introducirá algún tipo de gradualismo o si se consagrará la renuncia a participar en las elecciones generales.

Las claves

La investidura. Aunque Convergència sostiene que está convencida de que se va a acabar produciendo una «gran coalición» en España, sus dirigentes no descartan en ningún caso que vuelva a haber elecciones.

Los precedentes. Convergència quedó en cuarto lugar en Cataluña en las últimas elecciones generales, por detrás de En Comú Podem, ERC y el PSC. Nunca antes su proyecto obtuvo tan poco respaldo.

El rival. CDC tratará de convencer a ERC de que lo mejor es ir en una lista conjunta con el argumento de que Barcelona en Comú venció a CiU y ERC en las municipales y En Comú Podem también derrotó a los soberanistas en las últimas generales.