Colau, contra el tratado de libre comercio entre Europa y EE UU

Pese a la bisoñez que se le presuponía a Ada Colau, lo cierto es que la alcaldesa de Barcelona ha demostrado cierta habilidad a la hora de vender las políticas de su gobierno. A falta de conocer el resultado de las mismas, Colau sabe hablar a su electorado y, en su defecto, subrayar las contradicciones del PSC. Así ha sido, pese a la falta de competencias del Ayuntamiento, con los refugiados o los desahucios, por citar algunos ejemplos, y ayer le tocó el turno al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) entre la UE y Estados Unidos. A grandes rasgos, un tratado de libre comercio entre los dos bloques.

De un tiempo a esta parte, entre diferentes grupúsculos de izquierda se viene señalando al TTIP con una especie de apocalipsis laboral a punto de cernirse sobre Europa. Al respecto tampoco contribuye la opacidad con la que la UE está llevando las negociaciones. Este tratado supondría, por ejemplo, el fin de los aranceles y, por lo tanto, un aumento de la competitividad que llevaría a rebajar precios. Pero también, según esos grupúsculos, el comienzo de una nueva época de deslocalizaciones. Sin los aranceles costaría mucho menos producir cualquier mercancía, pongamos, en México y después exportarla a Europa.

Sea como fuere, las negociaciones cuentan con el visto bueno de PP, PSOE y CiU. Y Colau, insistimos, sin competencias, ha hecho un nuevo guiño con el TTIP a su potencial eletorado. Barcelona debatirá en el pleno del viernes una propuesta del gobierno de Ada Colau y de los grupos de ERC y la CUP para declarar a la ciudad contraria al mencionado tratado.El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, defendió que el tratado es “un ataque en toda regla de la soberanía democrática” y puede representar una pérdida de derechos laborales que beneficie a los intereses especulativos de los grupos transnacionales Con la suma de los concejales de las tres formaciones no se llega a esta mayoría, por lo que Pisarello interpeló al resto de formaciones, en especial al PSC, para que se añadan a la propuesta. La campaña contra el TTIP lleva recogidas más de tres millones de firmas