Vivienda

Colau palía la falta de vivienda con casas prefabricadas

Con esta prueba piloto el Ayuntamiento dispondrá de 92 pisos sociales antes de que acabe el año

La organización por módulos permite que los edificios puedan construirse en nueve meses. Tienen equipamientos en la planta baja y un jardín en la azotea
La organización por módulos permite que los edificios puedan construirse en nueve meses. Tienen equipamientos en la planta baja y un jardín en la azotealarazon

Con esta prueba piloto el Ayuntamiento dispondrá de 92 pisos sociales antes de que acabe el año.

Las elecciones aprietan en el horizonte y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, repetirá como candidata con buena parte de sus promesas electorales sobre vivienda en el tintero o, en el mejor de los casos, enmarañadas en la burocracia municipal. Mientras, Barcelona alcanza máximos históricos en el sector inmobiliario. En este contexto, la alcaldesa necesitaba un golpe de efecto que ayer presentó en sociedad. El Ayuntamiento ha puesto en marcha una prueba piloto para construir 92 viviendas prefabricadas en tres solares municipales que estarán listas para entrar a vivir antes de que termine el año.

Las promesas electorales de Colau para llegar a la alcaldía pecaron de ambiciosas. Y la realidad es tozuda. Su plan de vivienda pasaba por la construcción de 8.000 pisos de protección oficial. En la práctica, necesitará diez años para acercarse a esa cifra. En la actualidad, Colau tiene en marcha 66 promociones que supondrían unos 4.400 pisos, de los que apenas 1.500 estarán terminados en este mandato. En Barcelona, actualmente, hay 9.000 viviendas sociales propiedad de las administraciones. Así, tras estudiar otras experiencias europeas como Ámsterdam o Copenhagen, el gobierno municipal ha optado por los módulos prefabricados. Así, con una inversión de 5,3 millones, el Ayuntamiento construirá 92 viviendas en tres solares municipales distribuidos entre Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Sant Martí, en el marco del proyecto de alojamientos de proximidad Aprop. Es decir, 57.608 euros por piso. El gobierno municipal calcula que darán servicio a unas 250 personas y pueden estar terminados en nueve meses, antes de que acabe el año.

La teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, detalló que en marzo habrá una exposición para «que todo el mundo sepa cómo serán». La concejal explicó que habrá 21 viviendas individuales y 71 de dobles -dos habitaciones en un máximo de 60 m2- y está previsto que los bajos de los edificios se destinen a equipamientos mientras que los tejados albergarán una suerte de jardín comunitario. Además, no irán destinados a un colectivo concreto sino que se buscará que convivan personas de diferentes edades y procedencia. Ortiz subrayó otra ventaja de estas construcciones: que se pueden mover y, por tanto, trasladar de un solar a otro. En concreto, la vida útil de estos módulos oscila entre 30 y 40 años. La idea es llegar a los diez distritos de la ciudad en 2020.

Colau quiso dejar claro que en ningún caso sustituye al plan de vivienda municipal sino que se trata de una solución provisional para paliar los tres años de media que necesita el Ayuntamiento para poner en marcha una promoción de viviendas. «Barcelona es la ciudad que está haciendo más en toda España en el tema de la vivienda», afirmó Colau. La alcaldesa recordó «la demanda al Estado y a la Generalitat de cumplir con sus obligaciones» y lamentó que el Gobierno haya disminuido el presupuesto para la vivienda pública un 70 %.

Críticas a la alcaldesa

Las críticas no se hicieron esperar. Alberto Fernández (PP) tildó el proyecto de «propuesta electoralista» y de «tabiques low-cost». Carmen Andrés (PSC) calificó a los alojamientos de «proyecto para salir del paso» y de «alojamientos contenedores». Mientras que Carina Mejías (C’s) señaló que Colau «reacciona a la desesperada ante el fracaso de su programa de vivienda».