Infraestructuras
Colau quiere excluir del nuevo concurso a las constructoras de Glòries
La previsión es que los trabajos cuesten 83 millones, 23 más de lo presupuestado inicialmente
La previsión es que los trabajos cuesten 83 millones, 23 más de lo presupuestado inicialmente.
Tras la decisión de paralizar las obras del túnel de las Glòries, al Ayuntamiento le toca lidiar con los vecinos que se enfrentan al enésimo retraso. Por lo pronto, la previsión es que las obras cuesten 83 millones de euros, 23 más de lo presupuestado. Pese a todo, la alcaldesa Ada Colau cuenta con cierta comprensión por parte de los vecinos. Por ahora. Mientras, la unión temporal de empresas (UTE) encargada de la construcción del túnel de Glories negó ser la responsable de los retrasos y sobrecostes de las obras que le atribuye el Ayuntamiento de Barcelona. Aun así, el Consistorio ha rescindido el contrato y estudia como excluirlas del nuevo concurso.
El vocal de Urbanismo de la Asociación de Vecinos del Clot-Camp de l’Arpa, Miquel Catasús, reconoció ayer que los vecinos están «asustados» por la decisión de rescindir el contrato de obras del túnel de Glòries y volver a licitar la obra, pero cree que parar las obras es «la opción menos mala». En declaraciones a la televisión municipal Betevé, Catasús exigió que la nueva licitación incluya también la segunda fase de las obras del túnel y que se ejecute «todo el túnel acordado». Es decir, que cuando se reanuden las obras «no se haga sólo el 40 % del túnel que falta» sino que se complete también la segunda fase del túnel, que aún no ha comenzado y está prevista hasta la altura de la rambla del Poblenou. «Lo exigiremos de todas, todas. Si ahora estamos un año sin obras es para que el túnel siga después sin parar, y al final el balance no será tan negativo».
A su vez, las empresas de la UTE que trabaja en la construcción del túnel de Glòries comenzaron ayer a retirar algunas de sus máquinas, tras el anuncio del gobierno municipal mientras que los pocos obreros que estaban en la zona lamentaron no tener más información que la que han transmitido los medios. «Sabemos lo mismo que todo el mundo», dijo a Efe Rashid Akhrif, uno de los trabajadores de la empresa subcontratada Blasdo, que regula el acceso al pozo 1 de la obra, el tramo central de la zona en construcción. Este empleado, que trabaja en la obra desde hace cinco meses, aseguró que nunca se había encontrado en esta situación: «Llevo muchos años en la construcción, y no había visto nunca que paren una obra así».
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