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Crece el número de lectores en Cataluña hasta llegar al 66,3 %

Sólo uno de cada cuatro se decanta por adentrarse en la lectura en soportes digitales

El crecimiento en lectores hecho público ayer supone que Cataluña se esté acercando a la media europea
El crecimiento en lectores hecho público ayer supone que Cataluña se esté acercando a la media europealarazon

El índice de lectura en Cataluña ha pasado del 62,3 % del año 2011 hasta el 66,3 % de 2015, acercándose a la media de la Unión Europea, que es del 68 %, según un estudio presentado ayer en la conselleria de Cultura, elaborado por la compañía Conecta entre mayo y diciembre del año pasado. El estudio, realizado entre 1.200 personas a partir de diez años de toda Cataluña, también concluye que el 26,4 % de lectores tiene el catalán como lengua de lectura habitual, frente al 71 % que lo hace en castellano (en 2011 eran un 77,6 %). En cinco años, por tanto, el catalán ha ganado 5,2 puntos porcentuales como lengua de lectura habitual entre los lectores.

Estos son algunos de los datos que se dieron a conocer ayer en un acto presidido por el conseller de Cultura, Santi Vila, acompañado por los presidentes del Gremio de Editores y del Gremio de Libreros de Cataluña, Patrici Tixis y Antoni Daura, respectivamente.

Del informe se desprende, asimismo, que un 61 % de los catalanes lee por ocio una media de 10,6 libros por año y que el 22,4 % lo hace por trabajo o estudios. En cambio, un 33,7 % de la población no lo hace nunca o casi nunca, un porcentaje que ha disminuido en los últimos cinco años, puesto que en 2011 estaba en el 37,7 %.

Respecto a la frecuencia, un 52 % de la población lee al menos una vez a la semana, una cifra que baja con respecto a 2013 cuando era del 55,3 %.

Por edades, destaca que los que más leen son los que pertenecen a la franja de población de entre 14 y 24 años (89,6 %), ya sea por ocio o por trabajo y estudios, mientras que los que menos lo hacen son los que tienen más de 65 años (un 46,1 %).

Sin embargo, lo que llama la atención es que si entre los 14 y los 24 años hay una población lectora de casi el 90 %, entre los 25 y los 34 desciende hasta el 67,8 %, lo que se atribuye, en parte, a la disminución del tiempo de ocio por la entrada en el mundo laboral.

Los niños leen

Por otra parte, un 86,3 % de los niños lee en su tiempo libre una media de 10,4 libros al año, frente a un 13,7 % que no lee en su tiempo de ocio nunca o casi nunca.

A pesar de ello, entre 2011 y 2015, el índice de niños de 10 a 13 años que lee libros en su tiempo libre se ha incrementado 4,4 puntos porcentuales, del 81,9 % hasta el citado 86,3 %.

Por sexos, se mantiene la tendencia de que son las mujeres las más lectoras, un 69 %, frente a un 59 % de hombres, mientras que hay una correlación entre el nivel de estudios y el hábito lector, puesto que un 85 % de los universitarios se declaran lectores, frente a un 44 % de los que han hecho estudios primarios.

En cuanto a la compra de libros, la estadística señala que un 47,9 % compró una media de siete libros en 2015, frente a los 7,9 de 2011, con lo que «hay más gente que compra libros, pero compra menos ejemplares».

Otro punto a subrayar es el del libro electrónico, con un 24,3 % de catalanes que lee en soporte digital, una cifra que se ha incrementado desde 2011, cuando se situaba en el 6,5 %. En este punto, Patrici Tixis ha alertado de que España es «líder mundial en leer sin pagar desde internet», una cuestión que tiene «muy preocupados a los editores» porque supone «tirarnos tiros en nuestros propios pies, al no poder reinvertir recursos ni remunerar a los que están trabajando en este ámbito».

En su alocución, Santi Vila sostuvo que las cifras dadas a conocer son «razonablemente positivas», puesto que «lee más gente y lee más», pero reconoció que la entrada en la vida laboral impone «otro tipo de preocupaciones y muchos ciudadanos abandonan el hábito de la lectura».

Es por ello, que se mostró partidario de que en los próximos meses y años haya una «armonización y una regeneración» de diferentes tipos de políticas de ayudas, desde el incremento de las líneas de subvenciones para la traducción, a un sistema de ayudas para bibliotecas, un plan de estímulo de librerías, o que los niños creen a partir de los seis años sus propias bibliotecas.

Tixis mantuvo que es una cuestión lenta «pero no debemos perder la tendencia apuntada, la hierba tarda un poco en crecer», apostilló.

Por su parte, el presidente de los libreros, Antoni Daura, no escondió que el momento que estamos viviendo es «dulce» a nivel institucional, pero alertó de que el sector «está muy tensionado y hay verdaderas dificultades de financiación por parte de los libreros».