Cataluña
Crecen más del doble los anticonceptivos recetados por la Conselleria de Salud
La sanidad pública catalana financió el año pasado el consumo de 315.677 envases de anticonceptivos, una cifra que significa más del doble que en 2011, según informó el conseller de Salud, Boi Ruiz, en una respuesta parlamentaria formulada por la diputada socialista y ex titular del mismo departamento, Marina Geli.
Según señala Ruiz en la respuesta, el consumo de anticonceptivos financiados públicamente en Cataluña «ha tenido un crecimiento importante en los últimos años». El conseller atribuye este aumento a la inclusión de los anticonceptivos de última generación, a partir de 2011, en el sistema público de salud.
Sin subvención
Los anticonceptivos llamados de última generación dejaron de estar subvencionados por el sistema sanitario público el pasado mes de agosto, por lo que ahora tienen que ser sufragados por la mujer.
Según datos del departamento correspondientes a 2011, la venta de píldoras del día después se triplicó en Cataluña en los tres años anteriores, debido al efecto de la dispensación sin receta en las farmacias. Se dispensaron en 2010 un promedio de 9.024 por mes, frente a las 3.700 de 2008.
En ese momento Ruiz ya admitió un «notable aumento» del consumo de este método anticonceptivo, y confió en una «estabilización» de estos tratamientos en los siguientes años. No obstante, los últimos datos reflejados en la citada respuesta parlamentaria indican que el conseller se equivocó en su pronóstico.
En febrero de 2011 los centros de atención primaria catalanes y de salud reproductiva y sexual comenzaron a dispensar un tipo de píldora abortiva que hasta ese momento solo estaba autorizada en hospitales. Iba dirigida a mujeres embarazadas de menos de siete semanas.
Esta medida, y en general la gestión de la Generalitat respecto a los métodos anticonceptivos han provocado muchas críticas en los últimos años por parte de entidades contrarias al aborto. Concretamente, estas asociaciones denunciaron que Ruiz mantenía de esta manera la misma política en este ámbito que la llveda a cabo por el gobierno tripartito, muy permisivo en este aspecto.
La idea de dispensar esta píldora abortiva en los ambulatorios fue de Geli, y cuando Ruiz se convirtió en el conseller de Salud no cambio ni un ápice el proyecto. Las entidades provida criticaron que la Generalitat promoviera de esta manera el aborto farmacológico, aparte del quirúrgico.
Según consideró la Asociación de Clínicas para la Interrupción del Embarazo (Acai), el departamento quería dispensar esta pastilla en las farmacias con el objetivo de ahorrar costes, precisamente en el momento en el que los recortes dentro del ámbito sanitario catalán llegaron a su máximo apogeo.
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