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Danza contemporánea y española confluyen en tragedia griega

El Ballet Nacional de España lleva a Sant Cugat su mezcla de flamenco y contemporánea

La primera bailarina de la compañía, Inmaculada Salomón, es la encargada de dar vida a la trágica Electra
La primera bailarina de la compañía, Inmaculada Salomón, es la encargada de dar vida a la trágica Electralarazon

El Ballet Nacional de España lleva a Sant Cugat su mezcla de flamenco y contemporánea

¿La venganza se puede bailar? Sí, se puede. ¿Puede la ira mover y crear coreografías? ¡Sí, se puede! ¿Puede la furia tener movimiento modelado? ¡¡¡Que sí, que sí, puede!!! Y el amor, y la decepción, y el miedo, y la angustia, y la nausea y la felicidad y la resignación también, pues los lenguajes de la danza son tan potentes como hablar a gritos, donde uno escribe ¡salta! y los signos de exclamación son el braceo del bailarín que se levanta e invoca a los cielos. ¿En serio? Sí y la duda es cuando el bailaren arquea sus pies en signos de interogación y se prepara para el salto de la confusión y el estrés. No hay nada que la danza no pueda decir, es la música de los nervios, el único lenguaje que mueve cuerpos, o sea pura literatura. ¿Pero puede bailarse el odio? Si no se baila, no es odio, es sólo desconcierto.

Bajo esta premisa, el Ballet Nacional de España presenta en el Teatre Auditori de Sant Cugat su aplaudida versión coreográfica de «Electra». Antonio Ruz mezcla danza española, flamenco y danza contemporáneo para contar la trágica historia de la hija de Agammenon que lo dejó todo para vengarse de la muerte de su padre, que incluye matar a su propia madre.

Inmaculada Salomón es aquí Electra, bajo la dirección de Antonio Najarro, en un espectáculo que viaja al fondo de la oscuridad, donde reside el infierno de la incomprensión, del que surgen todos los odios y las sangres. «Trabajar con coreógrafo de contemporánea me ha nutrido y me ha hecho crecer mucho. El trabajo interno y de documentación para aprenhender al personaje me ha facilitado adquirir los movimientos nuevos porque todos tenían una razón de ser, un vocabulario muy fácil de aprender», aseguró ayer Salomón.

La historia es la misma que el de las tragedias de Sófocles, Eurípides y Esquilo. Junto a su hermano Orestes, planea la muerte de todo aquel que haya tenido algo que ver con la muerte de su padre, el rey Agamenón. Esto es, su madre, Clitemnestra y su amante Egisto. Pero como en toda tragedia, la venganza siempre es explosiva, no implosiva, y sus repercusiones afectan en todas direcciones. La potencia del crimen llevó a Jung a bautizar «el compljo de Electra», la versión femenina del complejo de Edipo.

Electra se ha convertido en un personaje fundamental en la historia de la literatura, inspirando obras tan insignes como el «Hamlet» de Shakespeare o «Las moscas de Sartre. Tambén hay óperas de Strauss, obras de teatro de Eugene O'Neall o Jean Giraudoux; o películas como las de Luchino Visconti. La danza sólo era otra inevitable adaptación de esta mujer, el reverso de la duda hamletiana. «Yo propuse a Ruz hacer una coreografía con argumento con un personaje femenino protagonista y la idea de Electra me pareció maravillosa. Es un personaje con un abanico de emociones tan grande que es ideal para explorar la expresividad de la danza», dijo Antonio Najarro.

La mezcla de estilos ha suscitado alguna controversia, pero Najarro lo tiene claro, la fusión es el camino a seguir. «Hay que confluir, nutrirnos no sólo de otros estilos, sino de otras artes», concuye Najarro.