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Cultura

El oscuro origen de la expresión 'tirar de la manta' y su relación con la Inquisición

A pesar de que es una expresión muy actual, su desconocida historia sigue sorprendiendo hoy en día

El oscuro origen de la expresión 'tirar de la manta' y su relación con la Inquisición
El oscuro origen de la expresión 'tirar de la manta' y su relación con la InquisiciónAgencia AP

La popular locución “tirar de la manta”, usada hoy para referirse a la revelación de secretos ocultos, tiene sus raíces en una época sombría de la historia de España. Su origen se remonta al siglo XV, en un contexto marcado por la persecución de quienes eran descendientes de judíos, musulmanes y penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición.

Imagina que un exministro, investigado por corrupción, decide romper su silencio y revelar cómo altos cargos desviaron fondos públicos para financiar campañas. Este gesto simbólico de traición y exposición de secretos se resumiría, en términos populares, en que el exministro ha “tirado de la manta”.

Aunque hoy la expresión puede evocar la imagen de una manta de cama, su sentido original dista mucho de eso. En sus inicios, la “manta” hacía referencia a un gran lienzo colgado públicamente, que servía como registro o censo de personas sospechosas de no ser cristianos “puros”.

Una expresión nacida en la era de la Inquisición

Tras la expulsión de los judíos en 1492, muchos optaron por convertirse al cristianismo para evitar el exilio. Estos “conversos” quedaron bajo constante sospecha. En regiones como Navarra, según documenta La Historia de la Legislación de Marichalar y Manrique (1868), se elaboraron listas que distinguían a las familias de “sangre limpia” de aquellas con ascendencia judía o musulmana.

Dichas listas se colgaban en lugares visibles, como las parroquias, sobre telas de gran tamaño conocidas como “mantas”. De ahí surge la expresión: “tirar de la manta” significaba revisar esas listas, investigar y sacar a la luz posibles falsas conversiones. Y sí, hubo casos reales.

El escudo de la Santa Inquisición puede verse en la cúpula de entrada al templo sevillano
El escudo de la Santa Inquisición puede verse en la cúpula de entrada al templo sevillanoLA RAZÓN

El caso de la manta de Tudela

Uno de los ejemplos más conocidos ocurrió en Tudela, en 1610. Según consta en el Archivo General de Navarra (AGN), el cabildo de la ciudad expuso en la catedral una manta con los nombres de los conversos, con el objetivo de preservar la “limpieza” de sangre y que no se perdiera la memoria de los orígenes familiares. Aquellos registros no solo distinguían a los nobles de los “nuevos cristianos”, sino que también sirvieron como base para disputas legales.

Un caso famoso fue el de Francisco de Aibar y Gorraiz, quien terminó siendo declarado como “cristiano viejo, limpio de toda mala raza de judíos, moros y penitenciados por el Santo Oficio”, una resolución sorprendente dada la práctica discriminatoria de la época.

La manta de Tudela no solo se mantuvo expuesta hasta el siglo XIX en la catedral, sino que hoy puede visitarse en el Museo de Tudela. Es célebre, entre otras razones, porque originó más pleitos de limpieza de sangre que otras en el reino, como señala el AGN: “En este Reyno más que en otros son frecuentes los pleytos que se introducen pretendiendo probar algunas personas de él que son descendientes de cristianos viejos.”

Esta expresión, que hoy usamos sin pensar, nos conecta con un pasado de exclusión y vigilancia social, donde la identidad podía ser pública, juzgada… y colgada de una manta.