Barcelona
Drogas y prostitución crispan a la isla Robador
Los comerciantes califican el problema de «nefasto» para el sector, y los vecinos denuncian la situación ante la Síndica de Barcelona
Los vecinos y comerciantes de la isla Robador –la zona del Raval que toma el nombre de la calle ‘en Robador– se han hartado y han trasladado a la Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, sus denuncias por la progresiva degradación de la citada vía. Los motivos: la prostitución y la drogadicción, todo a la plena luz del día. Es una polémica que se arrastra desde hace muchos años.
«Comercios precarios»
El vicepresidente del Eix Comercial del Raval, Josep Maria Nebot, señaló a LA RAZÓN que «las consecuencias de esta polémica son nefastas para el barrio». Argumentó que «de esta manera no se crean nuevos comercios, y los que sí que empiezan son tiendas que nadie quiere coger, muy precarios». Además, auguró que a este paso algunos comerciantes abandonarán la zona de Robador, si no mejora la situación, aunque de momento parece difícil.
La Síndica explicó que los vecinos se quejaron, en una reunión, de la presencia de prostitutas, de los pisos donde ejercen, y en los que también se trafica con drogas, peleas, ruidos nocturnos, suciedad y el uso de una zona de juegos infantiles para actos incívicos y urinarios.
Según las asociaciones de vecinos, el consumo de drogas en plena calle por vía parenteral, es decir, heroína, no era visible desde hacía años, y esta reaparición la atribuyen a la reducción –que ya fue corregida– del horario de la sala de venopunción Baluard, situada en el distrito de Ciutat Vella. Se trata de la única narcosala que existe en la ciudad, por lo que atrae a numerosos toxicómanos, también de otras poblaciones del área metropolitana.
Nebot admitió que es un problema «muy complejo», y achacó «falta de valentía a las administraciones». Propuso «intentar legalizar la prostitución, para que puedan cotizar y para acabar con las redes de explotación». Entiende que los cuerpos policiales «hacen lo que pueden», aunque no obstante indicó, más optimista, que «es cuestión de tiempo todo».
Los vecinos, por su parte, criticaron ante la Síndica la falta de respuesta municipal y de información a los problemas planteados. También consideran que la presencia de agentes en horario nocturno es escasa, y que «a veces la Guardia Urbana no responde a los requerimientos vecinales».
Concretamente, una representante vecinal, Laura de la Cruz, habló este mismo mes directamente de un «efecto llamada para las mafias delictivas, nadie hace nada, y entonces vienen más mafiosos». Denuncian que a plena luz del día muchos drogadictos ocupan la citada zona infantil. El Ayuntamiento amplió finalmente el horario de la sala de venopunción, y ahora abre a las 7.00 horas de la mañana, hasta las 21.00 horas.
Ante la queja de los vecinos por la supuesta escasa presencia de la Guardia Urbana en la zona, especialmente por las noches, la Síndica reclamó a este cuerpo policial que le detalle qué actuaciones ha llevado a cabo en el último año en la zona. Vilà también pide al Ayuntamiento su valoración sobre las «dinámicas existentes» en Robador y si han aumentado las jeringuillas halladas en la calle.
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