Barcelona
El año más complicado de Colau
La alcaldesa está a cinco meses de unas elecciones en las que no es favorita para revalidar.
La alcaldesa está a cinco meses de unas elecciones en las que no es favorita para revalidar.
En mayo habrá elecciones municipales en Barcelona, y, de momento, las encuestas no son muy favorables a la actual alcaldesa, Ada Colau. Parece ser que los candidatos Ernest Maragall (ERC) y Manuel Valls (próximo a Cs) le han pasado por encima. Ha sido un año complicado para el Consistorio, con varios puntos calientes.
Problemas internos
Uno de ellos son los problemas internos, sobre todo teniendo en cuenta el abandono de la política del principal abanderado de la marca Podemos en Cataluña, Xavier Domènech. También por la marcha del primer teniente de alcalde y número dos y mano derecha de Colau, Gerardo Pisarello, abandona el barco para presentarse a las elecciones europeas.
«Top manta»
Lo llevan denunciando ciertos sindicatos de la Guardia Urbana desde hace tiempo. El «Top manta» ha resurgido en Barcelona en los últimos años, coincidiendo con el mandato de Colau. Y ha sucedido en 2018 en varias partes. Por ejemplo, en las playas, en la Barceloneta, en plaza Cataluña y, especialmente, en la rotonda de su parada de Metro. Se han realizado diversas operaciones policiales contra este fenómeno, aunque siempre reaparecen, por cualquier parte.
Narcopisos
Otro de los asuntos más polémicos del año que ha tenido que afrontar el gobierno de Colau son los denominados narcopisos. Las viviendas donde la gente va a comprar y consumir drogas. En un principio se situaban básicamente en el Raval, y así sigue siendo, pero se han ido extendiendo a zonas como el Eixample, Poble Sec y Barceloneta.
Se calcula que quedan unos 17 de este tipo de pisos, aunque es una cifra muy indefinida. En los últimos meses, las operaciones de Mossos y Guardia Urbana han contribuido a reducir la cantidad de narcopisos, pero el malestar sigue ahí. Han sido este año muy numerosas las protestas y manifestaciones por parte de los vecinos del Raval, pero también de los otros barrios citados.
Antidisturbios
La alcaldesa Colau tomó la decisión de suprimir la unidad de antidisturbios de la Guardia Urbana. Esta medida no significa el despido de estos agentes, sino que serán redistribuidos dentro del cuerpo. No obstante, los principales sindicatos, con el CSIF a la cabeza se pusieron las manos a la cabeza con esta inicitiava. Entre otras cosas, acusaron a Colau de querer «politizar» la Urbana.
Perra muerta
El último episodio polémico, coincidiendo con el Fin de Año. Una perra, llamada Sota, murió a disparos de un agente de la Guardia Urbana, después de que el animal le atacase dos veces. Podría ser que el amo del can, un indigente estoniano, la animase a atacar al policía.
El suceso provocó una insusitada protesta en las calles, llegando a congregar a más de 3.500 personas en una manifestación. Colau, sobre este suceso, pidió prudencia mientras se investigan los hechos.
Vivienda
Otro de los puntos más polémicos en referencia a Colau. Antes de tomar el mando del Ayuntamiento, la alcaldesa se distinguió por liderar y ser la figura más mediática de la Plataforma Anti Desahucios (PAH), pero lo cierto es que la problemática sigue igual en la ciudad.
Además, durante esta semana el Consistorio anunció la compra de 114 pisos en el barrio de la Marina, pero al mismo tiempo, la alcaldesa admitió que en la ciudad hay unas 480 familias en espera de un piso de emergencia social.
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