Cataluña

El Govern se abre a que todos los españoles voten el nuevo estatus de Cataluña

La Razón
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La gira por España del portavoz de la Generalitat conseller de la Presidència, Francesc Homs, parece estar alejando a CiU de la vía unilateral para la independencia de Cataluña. Ayer, ante los micrófonos de la cadena Cope, Homs situó la consulta como una especie de primer paso para poner en marcha un proceso político que consistiría en reformar la Constitución y, finalmente, en celebrar un referéndum a nivel de toda España con el que debería avalarse el nuevo estatus de Cataluña y del conjunto de territorios.

Homs, en una entrevista con Ernesto Sáenz de Buruaga, quiso restar en todo momento dramatismo al desafío independentista e incluso admitió en los primeros compases de la charla que el principal problema que debe afrontar el Gobierno es la crisis y no la consulta soberanista. En todo caso, quitó fatalismo al proyecto soberanista que encabeza Artur Mas y lo presentó como una simple consulta para conocer la opinión del pueblo de Cataluña acerca de su futuro.

Según el conseller de la Presidencia, en el caso de que la consulta reflejara que hay una mayoría de ciudadanos a favor de la independencia de Cataluña debería iniciarse un proceso de negociación con las instituciones del Estado, cuyo resultado no se atrevió a aventurar.

En un ejercicio de realismo, Homs admitió implícitamente que la Constitución consagra la unidad indivisible de España y, por tanto, quitó inmediatez a la secesión. «Evidentemente la ley no prevé la independencia de Cataluña porque la Constitución dice lo que dice. Pero lo que se plantea es consultar al pueblo de Cataluña qué piensa de su futuro, y esto no genera una situación jurídica nueva», subrayó apelando al carácter meramente consultivo de la votación.

El guión del conseller de la Presidencia, de hecho, consiste en que la consulta soberanista dé pie a un diálogo con el Gobieron que, invariablemente, supondría una reforma de la Constitución. «Probablemente debería volver a votar para todo el mundo», dijo en alusión a los enunciados de la Carta Magna cuya reforma obliga a someter la modificación a un referéndum de todos los españoles.

Horas después, se produjo la reacción crítica de ERC y CUP, ya que ambas formaciones consideran que el proceso soberanista es una cuestión estrictamente catalana y que, por tanto, las instituciones del Estado, son ajenas.

En la línea de no dramatizar respecto a las pretensiones independentistas, Homs enfatizó que «un proceso que se sitúa en términos democráticos, de paz y de convivencia no tiene que asustar nunca a nadie». Sin embargo, consideró que al Gobierno de Mariano Rajoy le da pereza conocer la opinión de los catalanes sobre la independencia porque le obligaría a tener que gestionar esta situación.

En una línea muy parecida a Homs se expresó Josep Borrell, ex presidente del Parlamento, que abogó por un proceso con «dos etapas» en el que se consulte primero a los catalanes sobre la independencia y, posteriormente, se someta a referéndum al conjunto de los españoles.