Barcelona
El gran reto cultural de Berta Sureda
La comisionada del Ayuntamiento apuesta por «reforzar instituciones ya existentes y construir menos»
Cuando se cumplen cien días de la llegada de Ada Colau a la alcaldía de Barcelona, la comisionada de Cultura del Ayuntamiento, Berta Sureda presentó ayer lo que serán las líneas generales de la política municipal en este terreno. Todo ello presentado al Instituto de Cultura de Barcelona (Icub) como el principal instrumento con el que poder desarrollar las culturas de la capital catalana, sin olvidar el vínculo dentro del terreno educativo. Sureda planteó ayer, en su primer encuentro con los medios de comunicación en su nueva responsabilidad municipal, que el Icub pasa a ser un facilitador de cultura y no tanto productor. Es decir, «favorecer las condiciones para que los otros desarrollen y hagan proyectos, generen experiencias o propongan actividades».
Este hecho se acentuará con la renovación del Consejo de Cultura de Barcelona que «será reformulado para trabajar prioritariamente de manera transversal». En esta misma línea, el Plan de Culturas 2016-2026 servirá para marcar el despliegue de las políticas culturales a medio y largo plazo. Asimismo, el Icub fomentará la aplicación del código ético y de buenas prácticas en la gestión cultural para la selección de directores en los equipamientos públicos de la ciudad o para evitar la precariedad laboral.
Sureda cree que estamos en el tiempo de «consolidar los equipamientos existentes y dejar de construir». Para la comionada de Cultura, actualmente la ciudad cuenta con equipamientos que no tienen las condiciones necesarias para poder llevar a cabo su trabajo, lo que provoca que «no se puedan desarrollar proyectos que tienen encargados, sino también que se hayan instalado situaciones de precariedad laboral, que debemos combatir».
Entre los proyectos a reforzar como espacios de proximidad, Sureda citó las fábricas de creación, como el conjunto de Fabra i Coats, para que pueda completarse con el resto de espacios de trabajo, residencias, producción o exhibición de la capital catalana. Todo ello se hará desde la red de Fábricas de creación, el distrito y sin olvidarse de las entidades del barrio. «Fabra i Coats no es un espacio de exposición. Hasta ahora no han existido políticas fuertes en las fábricas de creación», dijo Sureda.
También se articulará la relación en el recién nacido Museo de las Culturas del Mundo y la controvertida renovación del Museo Etnológico de Barcelona, de próxima reapertura. También se quiere reforzar el DHUB como museo y centro del diseño.
Otro espacio de la ciudad, la Virreina Centre de la Imatge pasará a ser, además de la actual sala de exposiciones, un centro de investigación y documentación en el que se aglutinen archivos vinculados con la memoria fotógrafica de Barcelona.
Respecto al Gran Teatro del Liceo, Sureda confirmó que el Ayuntamiento renunciará finalmente al palco que tenía en uso preferente en el teatro lírico. Asimismo el Consistorio tampoco pagará el coste que suponía tener este puesto en el Liceo, es decir, unos 100.000 euros anuales. El que hasta ahora ha sido el palco municipal se cederá a finalidades sociales.
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