El desafío independentista
El hemiciclo, madre de todas las batallas
Agrio enfrentamiento entre la líder de la oposición, Inés Arrimadas, y el president Quim Torra en un Parlament con escasa actividad y mucho ruido dialéctico a las puertas del juicio del «procés».
Agrio enfrentamiento entre la líder de la oposición, Inés Arrimadas, y el president Quim Torra en un Parlament con escasa actividad y mucho ruido dialéctico a las puertas del juicio del «procés».
El Parlament vive en permanente combustión desde las tormentosas sesiones del 6 y 7 de septiembre de 2017, cuando el independentismo dio un golpe (sobre la mesa), rompió las costuras del reglamento y aprobó por cuenta propia las leyes del referéndum y de la desconexión. Con sus más y sus menos, la política catalana había pasado de ser un oasis a convertirse en un mar algo movido por el viento de cola del soberanismo. Ahora, la tormenta es permanente y las peleas se suceden en un hemiciclo donde las sesiones de control acaban con el president de la Generalitat gritando a la líder de la oposición, que a su vez grita «vergüenza» con el micrófono apagado. A falta de actividad, el espectáculo está asegurado.
Tras el bloqueo independentista por la situación de los diputados encausados que llevó a la Cámara catalana a tener que cerrar sus puertas de mediados de julio hasta octubre, cada sesión es la más tensa de la legislatura y la de ayer no fue una excepción. Los protagonistas repitieron y Quim Torra e Inés Arrimadas se enzarzaron en una agria pelea después de que Alejandro Fernández (PP) subiera el tono contra el Govern.
«De las 21 exigencias que trasladó a Sánchez, ¿me puede decir una sola que resuelva los problemas sociales?», lanzó la líder de la oposición en su turno de preguntas al president, el último debido a su condición de partido más votado en las urnas.
«No sabría decirle, porque todas ellas resuelven los problemas sociales. Mi guía es la frase de Muriel Casals: para tener un Estado del Bienestar primero teienes que tener un Estado. Por tanto, todos los puntos resuelven los problemas sociales», respondió con cierta sorna Quim Torra esperando a que Inés Arrimadas disparara después. Y así fue.
«Vamos, que le importan un pimiento los problemas sociales de los catalanes», dedujo entonces Arrimadas, quien torció el gesto, endureció el brazo acusatorio y tildó de «vergüenza» un documento que «humilla y obvia a más de la mitad de los catalanes», en sus propias palabras. «Los 21 puntos son un recopilatorio de su odio hacia el resto de los españoles», le espetó la líder del partido «naranja» entre abucheos de varios diputados de la bancada independentista, que caldearon el ambiente antes del punto definitivo
«Lo vergonzoso e indignante es que usted, que es la líder de la oposición, no ejerza como tal. ¡Deje de hacer espectáculo, haga política de una vez!» le dijo Torra entre gritos, aplausos y advertencias del presidente del Parlament, quien tuvo que interrumpir en varias ocasiones para tratar de poner orden en la sala mientras los diputados de Ciudadanos gritaban «vergüenza» «vergüenza».
«Cuando es necesario trabajar por el diálogo nunca están porque quieren la bronca», reprochó Torra a modo de réplica final para acabar perdiendo los papeles y terminar prácticamente gritando a Arrimadas por llamarle «racista, xenófobo y supremacista». «Ustedes han pactado con un partido racista, xenófobo y supremacista», concluyó Torra en un discurso aplaudido por toda su bancada de pie.
Antes, el líder del PP, Alejandro Fernández, ya había cercado al president con duras críticas por la gestión de su Govern en lo que va de legislatura. «Es usted el primer represaliado de la historia de la humanidad que cobra 147.000 euros al año, el doble de lo que cobra el presidente del Gobierno del supuesto Estado opresor; que lo pasa usted tan mal que lo primero que hizo fue subirse el sueldo un 5%.». «¡Menuda dictadura! ¡Menudo sufrimiento, el suyo! ¡Menuda jeta, la suya!».
«Han perdido porque millones de catalanes decidieron de manera valiente hace tiempo decir basta ya», ahondó Fernández, quien criticó que la estrategia del independentismo pase por «humillar y desprestigiar» a España.
Los «comunes» se convirtieron en los inesperados aliados de Torra en la convulsa jornada parlamentaria de ayer. Los agrios enfrentamientos por la falta de presupuestos de las últimas semanas dieron paso a palabras amables y de solidaridad por parte de Jéssica Albiach en referencia al juicio y a los líderes soberanistas encausados. «Nos podemos entender», le lanzó president.
Entre tanta bronca, el pleno aprobó por fin al supresión del consejo comarcal del Barcelonès, pendiente desde hace semanas por la combustión permante de la Cámara.
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