Política

Alejandro Fernández

El Parlament, «cerrado» por el juicio

La suspensión de la comisión sobre la Infancia y el aplazamiento del pleno de la semana que viene llevan a Cs a exigir la dimisión del presidente Roger Torrent. Desde que empezó la legislatura, la actividad ha sido mínima por el «procés».

Los diputados soberanistas de JxCat, ERC y la CUP, ayer en una protesta a las puertas del Parlament
Los diputados soberanistas de JxCat, ERC y la CUP, ayer en una protesta a las puertas del Parlamentlarazon

La suspensión de la comisión sobre la Infancia y el aplazamiento del pleno de la semana que viene llevan a Cs a exigir la dimisión del presidente Roger Torrent. Desde que empezó la legislatura, la actividad ha sido mínima por el «procés».

El Parlament ha paralizado su actividad por el juicio en un año bajo mínimos, con bloqueos y polémicas constantes por la situación de los diputados encausados y la influencia del «procés» en la agenda de la Cámara. Justo en enero de 2018 echó a andar una legislatura a trompicones que acumula datos negativos a sus espaldas: el hemiciclo ha permanecido cerrado durante tres meses por las diferencias entre el independentismo sobre la sustitución de los dirigentes encarcelados; se suspendieron hasta seis comisiones tras las detenciones de dos alcaldes de la CUP el mes pasado; y ahora, con el juicio en marcha, el soberanismo ha retrasado el pleno previsto para la semana que viene coincidiendo con la huelga de la Intersindical-CSC.

Ayer, el Parlament aplazó la celebración de la Comisión de la Infancia, además de la una reunión del Intergrupo para la Paz y la Libertad en el Sáhara, por la primera jornada de sesiones en el Tribunal Supremo, donde se encontraba Roger Torrent, Quim Torra y muchos diputados de Junts per Catalunya y Esquerra. El resto, los que permanecieron en la Cámara catalana, salieron a manifestarse a las 12 del mediodía con el objetivo de sumarse a los paros convocados por las entidades independentistas por el juicio.

Este enésimo bloqueo enfadó sobremanera a la oposición, en especial a Ciudadanos. El «partido naranja», vehemente en sus críticas, ha enviado una carta al propio Torrent solicitándole su dimisión y, en paralelo, ha registrado una resolución para que el pleno de la Cámara se pronuncie y vote sobre el cese de su propio presidente.

«El separatismo se cree que el Parlament es su cortijo y que Cataluña es suya», resumió la líder de la oposición, Inés Arrimadas, quien acusó al independentismo de querer callar al constitucionalismo e hizo responsable directo a Torrent. «Es el enviado de Junqueras para cerrar la Cámara e imponer un toque de queda totalitario para silenciar al constitucionalismo», resumió de forma muy dura en rueda de prensa.

El reglamento del Parlament no prevé que el presidente sea cesado, por lo que sólo puede abandonar el cargo por decisión propia, por extinción de la legislatura o si pierde su condición de diputado –en caso de inhabilitación firme, por ejemplo–. Así, las fórmulas que podría emplear Cs se circunscriben a que el pleno inste, mediante una votación, a su dimisión o bien que se repruebe a Torrent. En este caso, lo que busca el «partido naranja» es que los «comunes» se posicionen públicamente después de haberse aliado con Junts per Catalunya y Esquerra para aplazar el pleno de la semana que viene por la huelga soberanista.

El líder del PP, Alejandro Fernández, también se mostró muy crítico con la parálisis de la Cámara catalana y calificó de «insulto» que se haya pospuesto la sesiones del miércoles y el jueves que viene. A su juicio, donde sí existe un «problema grave de calidad democrática» es en Cataluña, porque «se ponen las instituciones al servicio de una parte y no del conjunto de la ciudadanía».