Nacionalismo

El PDeCAT dinamita la hoja de ruta de Sánchez en el Congreso

El Gobierno y el PSOE intensifican los contactos con el grupo del ex president para rebajar la tensión.

Carles Puigdemont compareció ayer ante los medios de comunicación en Berlín para anunciar, entre otras cosas, su regreso a Bélgica
Carles Puigdemont compareció ayer ante los medios de comunicación en Berlín para anunciar, entre otras cosas, su regreso a Bélgicalarazon

El Gobierno y el PSOE intensifican los contactos con el grupo del ex president para rebajar la tensión.

El golpe asestado por Carles Puigdemont en el seno del PDeCAT para endurecer la posición del partido hacia tesis más radicales amenaza con dinamitarlo desde dentro. La división entre las dos almas de la formación independentista es evidente y ayer el Congreso se transformó en un termómetro para medir la tensión. Se sometía a consideración de los grupos el nombramiento de la periodista Rosa María Mateo como administradora única de RTVE. A la hora de emitir su voto, el PDeCAT se partió y quedó patente que es una formación fracturada en dos familias: los afines a Puigdemont se ausentaron del hemiciclo y los partidarios de Marta Pascal, la anterior coordinadora, apoyaron el nombre de Mateo.

Ambas familias luchan por marcar el rumbo en la influyente plaza del Congreso, donde los neoconvergentes han recuperado un papel protagonista tras su apoyo a Pedro Sánchez. El motivo de fondo es precisamente el voto favorable del PDeCAT en la moción de censura, que la propia Marta Pascal, Carles Campuzano y Jordi Xuclà negociaron con el PNV y los socialistas en contra de las directrices de Puigdemont, que prefería seguir elevando el tono y mantener el desafío contra el PP. La decisiva intervención de Pascal trastocó los planes de Puigdemont y provocó un efecto dominó en el PDeCAT: el ex president movilizó a sus afines y aprovechó el congreso de este fin de semana para asaltar el partido, propiciar el cese de Pascal y controlar el grupo en Madrid.

Míriam Nogueras, nueva vicepresidenta del PDeCAT por orden de Puigdemont, lidera un sector que ya ha amenazado al PSOE con romper relaciones si no hay avances en el derecho a la autodeterminación y la liberación de los presos. Ella y Lourdes Ciuró, también en la nueva ejecutiva del partido, marcarán la pauta a seguir de los afines al ex president, que apuestan por volver a la senda más drástica del independentismo.

En frente, la vertiente más pragmática la encarnan Carles Campuzano y Jordi Xuclà, ambos diputados veteranos y con importantes lazos en el Congreso, que apuestan por recuperar la influencia nacionalista en Madrid. Ferran Bel, miembro de la anterior dirección del PDeCAT, ha logrado sobrevivir al golpe de mano de Puigdemont y representa los intereses más moderados en la actual ejecutiva del partido, mientras que Feliu Guillaumes es un histórico convergente con amplia experiencia en la Cámara Baja, que fue diputado en la época de Jordi Pujol.

La posibilidad de que el PDeCAT deje de apoyar al Gobierno en el Parlamento constituye a día de hoy la principal amenaza para que Sánchez pueda cumplir su objetivo de agotar la legislatura. En Moncloa son conscientes de la importancia de mantener abierta la interlocución con todos los grupos que apoyaron la moción de censura contra Rajoy, como única fórmula para no verse abocados a un adelanto electoral. Muy especialmente en semanas como ésta, en las que debilidad del Gobierno de Sánchez puede quedar retratada:mañana se someterá a votación de nuevo la propuesta para nombra una administradora única en RTVE y el nuevo techo de gasto propuesto por el Ejecutivo. En este contexto, y con el propósito de no añadir nuevos reveses parlamentarios antes del receso vacacional, se celebraron ayer dos reuniones entre el PDeCAT y el entorno más próximo a Sánchez. Tanto la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, como la vicepresidenta Carmen Calvo se reunieron con Nogueras con la meta de ahuyentar el fantasma de una cita con las urnas que ninguna de las dos partes quiere.