Elecciones catalanas
ERC admite ahora que la ausencia de lista única generará «diferencias»
Marta Rovira considera que acudir por separado permitirá a cada partido explicar «cómo entiende que debe construirse la República».
Marta Rovira considera que acudir por separado permitirá a cada partido explicar «cómo entiende que debe construirse la República».
La maniobra del 155 del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que hoy cumple un mes de vigencia, con la convocatoria de elecciones para el 21-D cogió con el pie cambiado al independentismo y destapó sus divergencias y contradicciones. Los partidos separatistas tuvieron que decidir en un corto margen de tiempo si se presentaban a unos comicios impuestos desde Madrid y si repetían una coalición como exigía el momento para facilitar la unidad de acción y darle el cariz de plebiscito que pretendían o acudían en solitario, opción que finalmente escogieron, y que comportará naturalmente fricciones durante la campaña electoral, pese a los intentos por evitarlo negociando un acuerdo programático de mínimos. Estas desavenencias, como admitió ayer la candidata de ERC, Marta Rovira, en una entrevista al «Ara», se reproducirán durante la legislatura, al augurar que a partir del 22-D tendrán «diferencias» con la CUP y el PdeCAT sobre el proyecto a emprender, lo que ahondará todavía más en el desgarro del bloque separatista.
Lo cierto es que ERC es el principal responsable de este escenario, ya que fue la primera fuerza que descartó la lista única, muy insistida por el ex president Carles Puigdemont y por las bases del independentismo, que veían la mejor opción para optimizar fuerzas. Según justificó Rovira, concurrir en solitario servirá para explicar cómo entiende cada partido la construcción de la República, aunque ahora reconoce que esta fórmula también se puede convertir en una fuente de discordia, pese a que trata de restarle relevancia asegurando que con la CUP y PDeCAT comparten «muchos de los objetivos políticos» que hay en juego el 21-D.
En todo caso, Rovira intentó minimizar esos augurios precisando que las «diferencias» serán de «matiz», aunque las declaraciones de intenciones de los distintos partidos separatistas y los precedentes invitan a pensar en divergencias insalvables, que aboquen al bando secesionista a a la ruptura irreversible. En este sentido, la CUP, por ejemplo, decidió participar el 21-D con el único objetivo de presionar a ERC y PDeCAT para que desarrollen la república catalana. Esta apuesta por la unilateralidad no casa con el planteamiento de bilateralidad, y por tanto, acercaría la reedición de una imagen similar a la frustrada investidura de Artur Mas si las fuerzas separatistas sumaran mayoría en el Parlament –en este caso, con Puigdemont o Rovira, a quienes les negaría el apoyo–.
En la misma entrevista, además, Rovira dejó entrever que las prioridades de ERC en esta legislatura se concentrarán en el ámbito social como método para atraer más apoyos a la causa independentista, lo que denomina como «hacer República», en detrimento de las declaraciones «simbólicas y políticas» que han tenido lugar en el anterior mandato.
Por otro lado, la coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, en una entrevista en la ACN, volvió a reprochar a ERC su desinterés por la lista únitaria, que sí ha conseguido configurar Puigdemont, según ella, y reivindicó que en esa candidatura las siglas de su partido tienen mucho peso: «Los que hayan querido que JxCat sea el funeral del PDeCAT, se equivocan».
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