Conciertos

José Menor: «Siento un interés moral por dar a conocer a los compositores españoles»

José Menor/ Pianista y Compositor
José Menor/ Pianista y Compositorlarazon

José Menor tenía a penas 15 años cuando actuaba por primera vez en el Carnegie Hall con su piano. No estaba nervioso, reconoce. «Sólo sentía una terrible ilusión por debutar en un lugar así, con las cámaras de la CNN grabando. Son acontecimientos que te motivan a seguir adelante», confiesa. Eso fue en 1992. Desde entonces, Menor se ha convertido en uno de los pianistas más excepcionales de su generación. Hoy vuelve al Palau interpretando la integral para piano de Héctor Parra, el compositor español más internacional del momento. Sus vidas han sido historias paralelas y ahora llegan a su máxima expresión.

– ¿Cuándo conoció a Héctor Parra?

– Nos conocemos desde hace 25 años, incluso teníamos la misma profesora de piano, María José Crespo y compartimos clases de composición. Nuestra amistad ha hecho que siempre esté al lado de lo que hacía, aunque empezamos a colaborar en 2012, en el «Nits de clàssica» de Girona, donde estrené su obra dedicada a Tàpies. A partir de ahí he presentado obras suyas en Nueva York, Londres, estrené sus Sonatas en Bilbao. Ya había tocado 7 de las 10 obras de esta integral.

– ¿Su relación parece que no va a acabar aquí?

– Pienso volcar esta integral de obras para piano en disco y también colaboraremos en su próximo «Concierto para piano y orquesta» en el que ahora está trabajando. Héctor es una gran persona, un trozo de pan, muy inteligente y honesto y, a pesar de ser nuestro compositor más internacional, es alguien muy próximo y sencillo.

– ¿Cómo lo definiría como compositor para piano?

– Su primera obra, de 1999, era dedecafónica, pero pronto se interesó por lo que se llamó New Complexity, a la que completó con sonoridades más cercanas a Debussy, lo que deja una obra muy interesante. Con la Sonata, en 2010, ya explora y explota todos los recursos que puede ofrecer un piano.

– ¿Exige mucho a los pianistas?

– Es quien ha explorado más intensamente el virtuosismo del instrumento con las técnicas extendidas, que lleva a tocar las cuerdas del piano o que exige que el pianista usar su voz. Como pianista tú has de ofrecer tu imaginación, buscar los colores, lo que quieres aportar de tu personalidad.

– ¿Cuál es su obra favorita de Parra?

– Sobre todo me identifico con la última, sus piezas dedicadas a artistas plásticos, donde depura y sintetiza su estilo, con estructuras muy definidas.

– Siempre ha apoyado la composición contemporánea y los maestros españoles

– Para mí tiene algo de interés moral. Me interesa dar a conocer la música hecha aquí. Mi integral de Joan Ginjoan quería dar a conocer a un compositor desconocido fuera y mi relación con otros muchos también es muy estrecha, incluso con maestros ya más clásicos como Granados o Albéniz. En Nueva York realizamos una noche de compositores españoles contemporáneos en los que presentamos obras de once de ellos. Quería programar algo mío, pero no cabía.

– ¿Qué piensa cuando oye que la música contemporánea es «difícil»?

– Hablar con estos términos es un error de entrada, porque no creo que haya arte fácil y otro difícil. Adejtivos así prefiguran la mente del público y claro que lo alejan de los auditorios. Lo único que importa de la música y del arte en general es la impresión que provoca. No voy a ir a un museo y pensar si lo que veo es fácil o difícil.

– Todavía parece algo muy residual en las programaciones de los auditorios.

– Entiendo que el programador tenga que vender entradas, pero no hay que perder el papel educativo y habría que aproximarse al problema desde otro punto de vista, hacer programas que no sea monotemáticos y puedan mezclar a Litsz con Parra, por ejemplo. Hay que arriesgarse más.

– ¿Y ahora qué prepara?

– Me interesa indagar en la conjunción del piano con la música electrónica. Me gustan los proyectos más personales.