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Desde hace un año, Arturo Puente, vecino del barrio de la Sagrada Familia, pasea con una libreta donde anota lo que sospecha que son pisos turísticos. En el número 370 de la calle Sicilia, en el 247, en el 352, en el 426 ... «Me he ido fijando en cómo entran y salen turistas de los portales, en los balcones donde cuelgan toallas de playa y en las juergas que montan a menudo cuando el resto de vecinos estamos durmiendo», cuenta. De todas las molestias que ocasiona el turismo, los pisos turísticos son los que acaban antes con la paciencia de los vecinos.

En ello coinciden Joan Itxaso de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia; Sebas del movimiento vecinal «La Barceloneta diu prou»; Joan Balañach de la Asociación de Barrios por un Turismo Sostenible, y Marta Abelló, de la Asociación de Vecinos del Passeig de Sant Joan, que ayer convocaron una protesta que este sábado a mediodía recorrerá las calles cercanas a la Sagrada Familia, de Mallorca a Marina, para decir «Somos barrios: Stop turismo masivo».

El lugar elegido para presentar la manifestación no fue baladí. Se colocaron en uno de los chaflanes que hay entre Còrsega y Sicilia, frente a la antigua fábrica Henkel, donde el fondo inversor en el que participa el directivo del FC Barcelona, Javier Faus, quiere construir un hotel de 182 habitaciones con una licencia que los vecinos denuncian «está llena de irregularidades». Que el proyecto es polémico lo demuestra el debate que se organizó a la sombra de la antigua Henkel, a 10 grados de temperatura, entre vecinos del barrio. Los convocantes de la marcha denuncian que el proyecto, que consiste en derribar un edificio que no tiene ni 50 años para alzar un hotel de lujo, «creará trabajo precario». Pero más de un vecino interrumpió la presentación para rebatir esta afirmación. En defensa del proyecto, un vecino de la calle Còrsega comentó que espera que el nuevo hotel dé un trabajo a sus hijos más digno del que tienen ahora. «He trabajado como una mula para pagar la carrera de Turismo a mis hijos y ahora tienen que ir a trabajar fuera de Barcelona por un sueldo que es una porquería», explicó. «Hay paro en este barrio y un hotel son puestos de trabajo», reivindicó. Pero el representante de los vecinos de la Barcelona tiró por el suelo sus esperanzas. Aseguró que el hotel Vela prometió a la Barcelona puestos de trabajo y que hoy sólo hay tres vecinos empleados.

La marcha del sábado recorrerá tres sitios emblemáticos. Arrancará en el templo de la Sagrada Familia, al que cada vez se acercan más turistas pese a los problemas que conlleva (invasión de aceras, proliferación de tiendas de souvenirs, destrucción del comercio de proximidad ...). Pasará por delante del antiguo cine Niza donde se quiere construir un Mercadona que amenaza al mercado municipal y al comercio. Y acabará en la Henkel. Un vecino contó que la concejal Janet Sanz les animó a movilizarse ahora que se está discutiendo el modelo de turismo de Barcelona.