Barcelona
La búsqueda emocional según Albert Espinosa
El escritor presenta la novela, «Brújulas que buscan sonrisas perdidas»
El mundo nunca se detiene, o al menos no lo ha hecho hasta ahora, por lo que las probabilidades de que se detenga son bajas. Las personas pueden ocultarse en un granero o encerrarse en sí mismos y negar que la vida continúa, pero la verdad es que lo hace. Quizá sea algo terrible, pero lo hace, y ocultarse no es la mejor opción. Los lobos lo saben, los tigres lo saben, los delfines lo saben, ¿por qué no las personas? Porque prefieren lamentarse, odiarse un poco y esperar la muerte, convencidos de que no merecen ninguna segunda oportunidad. Quizá no la merecen, pero la tendrán, porque es así, el mundo nunca se detiene.
El universo de Albert Espinosa es lírico y emocional, es intenso y tierno, y es un canto a pulmón abierto a esas segundas oportunidades que las personas, lo crean o no, tienen el derecho a aspirar. Su última novela, «Brújulas que buscan sonrisas perdidas» (Gijalbo en español y Plaza & Janés en catalán) vuelve a girar en torno a esa búsqueda emocional interna que todas las personas que han sufrido un gran trauma han de iniciar antes de volver a resurgir de la pena. Y lo hace con su particular estilo, capaz de hacer reír y llorar en unas pocas páginas. «Siempre que me ha pasado algo malo, me he alegrado porque sé que eso significa que me pasarán tres cosas buenas a continuación. Siempre de las cosas malas pueden surgir algo positivo. No se puede encontrar la felicidad, pero sí se puede quitarse de encima todo lo que nos hace infelices y empezar desde ahí», aseguró ayer el polifacético escritor.
El argumento tiene como protagonista a un padre de dos niñas gemelas de año y medio, que pierde a su mujer y cae en una profunda depresión. Sin embargo, la necesidad de continuar por el bien de su familia le hará iniciar un viaje introspectivo en busca de sus propios recuerdos, sus miedos y todo lo que es verdad, o al menos era verdad en su vida. Y lo hará apoyada con el recuerdo de su mujer, y el aliento de sus hijas, y el aliento de su madre cuando era pequeño, y el de las nuevas personas que se cruzarán en su camino. «Por primera vez las mujeres tienen un gran protagonismo en una de mis obras y son el motor real de la historia y las que obligan a este hombre a enfrentarse consigo mismo», afirmó Espinosa.
Esta búsqueda iniciará tanto un viaje exterior como interior y le hará darse cuenta de que las segundas oportunidades no las da nadie, sólo las acepta uno. «Este hombre salió del mundo y ahora intenta entrar. Empieza a buscar sus propios archipiélagos de sinceridad, gente que le digan la verdad, y así encontrar esas brújulas que no indiquen el norte, sino el lugar donde se perdieron las cosas que eran importantes», dijo el autor.
Después del éxito de su anterior novela, traducida a 21 idiomas, Espinosa regresa con la confianza de saber que sus miles de seguidores esperan con ansiedad sus nuevas historias. En realidad, el encuentro con sus lectores es una de las cosas que más le gusta de escribir novelas. «Siempre estoy esperando a los desconocidos que me voy a encontrar. En realidad, me nutro de sus historias. Siempre les pido si me las regalan. Todos mis libros no son pura ficción, están basados en cosas que me han contado o cosas que me han pasado a mí», señaló Espinosa.
Tras la publicación, ahora empieza una gira de tres meses para presentar la novela y poder repetir la sensaciones que ya tuvo con sus anteriores títulos, una obra compacta de un mundo particular.
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