El desafío independentista

La Comisión Europea confiesa no haber «visto» la carta de Mas

La portavoz de Durao Barroso informará sobre la respuesta «a su debido tiempo»

Artur Mas, durante una comparecencia en Bruselas para explicar la consulta soberanista
Artur Mas, durante una comparecencia en Bruselas para explicar la consulta soberanistalarazon

MADRID - A juzgar por la reacción de perplejidad de Pia Ahrenkilde, portavoz del presidente de la Comisión Europea, cuando fue preguntada ayer en Bruselas si había recibido la carta de Artur Mas solicitando gestos de simpatía para la consulta, puede deducirse que la Comisión Europea tiene entre manos asuntos más preocupantes. La portavoz de Barroso reconoció no haber «visto» la misiva enviada por el presidente de la Generalitat el pasado 20 de diciembre a los 27 jefes de Gobierno de la Unión Europea y al presidente de la Comisión. «Podré comentar la carta cuando la leamos. Les comunicaremos cuando llegue a nuestras manos y podremos responder en su debido momento», respondió Ahrenkilde a las preguntas al respecto de los periodistas poco antes de asegurar que las «cartas se han abierto cada día, porque nuestras oficinas y servicios han estado operativos durante el periodo de Navidad y Año Nuevo. Pero no he visto la carta y no tengo el texto de la carta y todavía no hay respuesta, eso puedo garantizarlo». «Comunicaremos cómo será la respuesta a su debido tiempo», afirmó evasivamente la portavoz, que afirmó que la misiva que reconoció no haber «visto» llegó a la comisión «el pasado viernes» 3 de mayo.

El tenor de respuesta del presidente de la Comisión Europea estará probablemente en la línea de la respuesta por escrito que el propio Barroso hizo llegar al eurodiputado de CiU Ramón tremosa, cuando este preguntó sobre la postura de la UE ante la eventual secesión de un territorio de un estado miembro. Tremosa resaltaba en la formulación de su pregunta a Barroso las presuntas «contradicciones» entre las declaraciones de distintos comisarios al respecto y hacía entrever que no existía entre las diversas instituciones europeas una opinión unificada al respecto. Sin embargo, la respuesta del presidente de la Comisión no pudo ser más clara y no se salió de lo ya anticipado en otras ocasiones.

En primer lugar Barroso situaba la cuestión en el ámbito que le corresponde, es decir, el de los asuntos de política interna de cada Estado miembro. Así, el portugués señalaba que el papel de la comisión europea «no consiste en posicionarse sobre cuestiones de organización interna relacionadas con las disposiciones constitucionales de un Estado miembro en particular». Además el presidente de la comisión dejó claro que «la UE se basa en los Tratados, aplicables únicamente a los Estados miembros que los han aprobado y ratificado. Si una parte del territorio de un Estado miembro dejase de ser parte de ese Estado para convertirse en un nuevo Estado independiente, los Tratados ya no serían aplicables en dicho territorio». «En otras palabras, un nuevo Estado independiente, por el hecho de alcanzar la independencia, pasaría a convertirse en un tercer país con respecto a la UE y los Tratados dejarían de ser aplicables en su territorio», sentenciaba de manera inequívoca la respuesta de Barroso.