La CUP exige fecha y pregunta para «tumbar al régimen» en referéndum

Los anticapitalistas apoyarán hoy los presupuestos del Govern pero ponen fecha de caducidad a la estabilidad.

La CUP se siente víctima de un «chantaje» por parte de Junts pel Sí y quiere cobrarse con urgencia lo pactado. El Govern condicionó la celebración de un referéndum de autodeterminación al apoyo de la CUP a los presupuestos de 2017 y los anticapitalistas acabaron cediendo. Hoy se plasmará esa cesión con la aprobación de las cuentas en el pleno del Parlament. Dos de los diez diputados de la CUP respaldarán el proyecto y, así, saldrán adelante los primeros presupuestos (y últimos) de Carles Puigdemont. Ayer, sin embargo, se substanció el debate y quedó en evidencia la fragilidad de la alianza entre los socios independentistas.

La diputada de la CUP Eulàlia Reguant verbalizó la postura de su grupo, plagada de reproches a Junts pel Sí. «Han puesto por delante determinados intereses políticos y económicos al derecho de la autodeterminación del Principado. Y esto es un chantaje a todas aquellas personas que creen en el referéndum como vía para dirimir de forma democrática el conflicto con el Estado español», lamentó Reguant.

Pese a todo, la CUP ha optado por someterse a las exigencias de guión de Junts pel Sí. Los anticapitalistas, no obstante, advirtieron, de que su respaldo a los presupuestos es «un sí con fecha de caducidad». «No hay ninguna nueva pantalla más allá de septiembre de 2017», subrayó Reguant, que acabó su intervención en el pleno con contundencia: «Pongan fecha y pregunta porque nos hemos propuesto tumbar el régimen; fecha y pregunta porque nos hemos propuesto construir la República catalana en 2017».

En estas condiciones se aprobarán hoy unos presupuestos que merecieron un alud de críticas por parte de los grupos de la oposición, perplejos ante el caso omiso que los soberanistas han realizado del dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias (que consideró inconstitucional incluir una disposición en los presupuestos para la celebración de un referéndum).

La oposición

«Estos no son unos presupuestos para sacarnos de la crisis, sino para sacarnos de España. No son para todos los catalanes. Son unos presupuestos para perpetuar los chirnguitos políticos y van encaminados a repetir un 9-N», dijo el portavoz de Ciutadans, Carlos Carrizosa.

Más contundente fue el portavoz del PP catalán, Alejandro Fernández: «Esto que hacen ustedes no va de democracia. Esto que hacen ustedes va de supremacismo, de imposición y de ilegalidad flagrante; es profundamente antidemocrático. Han pasado ustedes de la astucia a la estulticia más flagrante, que sería la forma más corta y resumida de decir lo que están haciendo».

La diputada del PSC Alícia Romero, por su parte, incidió en los centenares de enmiendas que Junts pel Sí ha aceptado por parte de la oposición (un total de 1.200, de las cuales unas 800 llevan el puño y letra de los socialistas). «¿Cómo piensa el Govern cumplir con estas enmiendas aprobadas, que ya forman parte del dictamen, a menos que la CUP –que no comparte, entiendo, el modelo de sociedad conservador de este Govern– se hiciera atrás.?», se preguntó.

Finalmente, el portavoz de Catalunya Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, aseguró que incluir la disposición adicional 31 (referéndum) en el proyecto presupuestario «pone en riesgo» la propia votación.

Las claves

Dictamen del CGE

La conclusión del Consejo de Garantías Estatutarias sobre la inconstitucionalidad de la disposición del referéndum incluida en los presupuestos planeó ayer durante todo el debate en el Parlament. Las cuentas acabarán impugnadas.

Alianza frágil

Junts pel Sí y la CUP demostraron con cruces de acusaciones la frágil alianza que mantienen. Los anticapitalistas denunciaron el «chantaje» a que han sido sometidos por JxSí y exigieron concreción con el referéndum.