Barcelona

La CUP deja al Govern en el alambre tras sostener su veto al presupuesto

Las reuniones entre los socios soberanistas se zanjan sin acuerdos y la legislatura se encamina a un final precipitado

Los diputados de la CUP, Benet Salellas y Anna Gabriel
Los diputados de la CUP, Benet Salellas y Anna Gabriellarazon

Las reuniones entre los socios soberanistas se zanjan sin acuerdos y la legislatura se encamina a un final precipitado

La CUP se cobró la cabeza de Artur Mas el pasado mes de enero y es posible que dentro de unos meses se cobre la de Carles Puigdemont. La formación anticapitalista dejó ayer al Govern de Junts pel Sí en una delicada situación después de renunciar a levantar su veto a los presupuestos, cuya tramitación queda ahora a expensas de una negociación in extremis que tiene el miércoles como fecha límite. De nada sirvieron los esfuerzos del propio Puigdemont, que lideró la negociación con la CUP con el propósito de que sus presuntos socios retirasen la enmienda a totalidad que han presentado a los presupuestos de la Generalitat de 2016.

«No hay un nuevo proyecto de presupuestos sobre la mesa y no hay la voluntad de retirarlo, por lo que la enmienda a la totalidad no tiene por qué decaer», concluyó la diputada de la CUP Anna Gabriel en los pasillos del Parlament, a última hora de la tarde, tras finalizar una reunión de dos horas y media con el president y el vicepresidente, Oriol Junqueras.

Puigdemont empleó la mañana para perfilar con los suyos la estrategia negociadora con la CUP. Convocó a Junqueras; a la consellera de la Presidència, Neus Munté; y a los cabezas de lista de Junts pel Sí de todas las demarcaciones, entre los que figuran varios independientes. A ellos les pidió un particular esfuerzo para posibilitar la aproximación con la CUP. Pero fue en balde.

Las cesiones

El Govern redactó una amplia lista de concesiones para satisfacer a la CUP pero no logró salirse con la suya. Anzuelos como incluir en los presupuestos los impuestos anulados por el Tribunal Constitucional o abrirse a que la Generalitat recupere el control de Aigües Ter Llobregat (ATLL) no surtieron efecto. En consecuencia, mientras no se produzca un súbito giro de guión, la situación de la coalición de Junts pel Sí se complica. Si no logra tramitar los presupuestos de 2016 deberá prorrogar los de 2015 sin poder disimular su minoría parlamentaria. Y la oposición lo tendrá muy sencillo para poner el proceso soberanista en la picota. ¿Van a materializar la independiencia quienes tan siquiera logran un acuerdo presupuestario?

Uno de los argumentos que la CUP defiende para rechazar la propuesta de acuerdo que le trasladó el equipo de Junqueras es que si retiran o votan en contra de su propia enmienda y por lo tanto se supera el debate a la totalidad, los límites de gastos e ingresos quedarán fijados y no se podrán modificar. Pero precisamente el primer punto de la propuesta que el Govern llama «para el acuerdo de unos presupuestos sociales y de transición nacional» habla de aumentar el techo de gasto e incorporar impuestos anulados por el TC, como pedía la CUP. Propone recuperar el impuesto sobre depósitos bancarios y sobre la producción de energía nuclear, así como mantener como ingresos otros dos impuestos suspendidos, el impuesto sobre pisos vacíos y el que grava a las empresas de telecomunicaciones.

También abre la puerta a modificar la ley de estabilidad presupuestaria catalana. Aunque no habla explícitamente de tocar el IRPF, debate que ha tensado la relación entre CDC y ERC en el Govern, sí acepta estudiar una modificación de la estructura impositiva una vez superado el debate a la totalidad, tal y como propuso desde un principio el mismo Junqueras. La CUP plantea incrementar un 2 % el IRPF a las rentas de más de 60.000 euros y bajar un 2,5 % la presión a las rentas inferiores a 17.700 euros. También pide reformar impuestos peliagudos para CDC, más en tiempo de campaña, como el de Patrimonio, que propone transformar en Grandes Fortunas, así como subir sucesiones y donaciones.

No sirvió que Junqueras alertara de que sin presupuestos se pierden 1.100 millones en gasto e inversión ni que el documento subrayara que son unos presupuestos que permiten «culminar el camino hacia la república catalana», que son «imprescindibles» para ejecutar los compromisos sociales de la declaración de desconexión del 9-N o que garantice partidas necesarias para la construcción de estructuras de Estado como la hacienda catalana o la acción exterior. Tampoco que instara a la CUP a actuar con «madurez» y permitir negociar las cuentas. Pero aunque la CUP sigue en sus trece, Gabriel avanzó que seguirá negociando con el Govern.