«La mejor inversión es encontrar tu talento»

El cardiólogo Valentí Fuster es un hombre tranquilo. Sabe que al corazón no le gustan los nervios, pero en la entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona (FPdGi) confesó que hay una cosa que le saca de quicio: un profesor malo.

El cardiólogo Valentí Fuster es un hombre tranquilo. Sabe que al corazón no le gustan los nervios, pero en la entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona (FPdGi) confesó que hay una cosa que le saca de quicio: un profesor malo. Se refiere a un profesor que no confíe en sus alumnos. Coincide con otro científico, Albert Einstein, en que «todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil». Por eso se ha embarcado en un proyecto para motivar a los educadores a enseñar. Lo hará en Nueva York, aunque no es imprescindible hacer un curso para enseñar como a uno le hubiera gustado aprender, con menos críticas y más muestras de confianza que ayuden a los alumnos a desarrollar su talento. Porque, como dijo Fuster en el diálogo inaugural de la gala en Vilablareix (Girona), junto a Pau Gasol y la nadadora paralímpica Teresa Perales, «la mejor inversión en la vida es encontrar el talento de cada uno».

El talento de Pau Gasol es el baloncesto, aunque un entrenador le dijo que no llegaría a la ACB y acabó en la NBA. Suerte tuvo que después de ese entrenador, torpe y miope, llegaron otros que creyeron en él. Lo mismo le pasó a Perales. «Eres un diamante en bruto», le dijo un entrenador, y ella no descansó hasta pulirlo. «El único fracaso que existe es no intentarlo», insiste.

Para muestra, los jóvenes talentos premiados por la FPdGi. El conflicto Cataluña-España, un año más, les robó el protagonismo y fue más noticia de que los CDR quemaran fotos del Rey que sus proyectos y lecciones. «El talento sin trabajo y esfuerzo, no te lleva a ninguna parte», dijo Pablo Ferrández, premio a las Artes y Letras. Pero como recordó María Escudero, premio a la Investigación Científica «sin inversión no hay ciencia, no hay desarrollo, no hay progreso ni futuro».

María Escudero

Premio de Investigación Científica 2018 ex aequo. Investiga materiales para producir energía limpia.

Habló en nombre de los premiados para avisar de que si el país no invierte en ciencia y educación no saldrá adelante. Tras doctorarse en Química en un centro del CSIC, vivió en Estados Unidos, Alemania y ahora es profesora en la Universidad de Copenhague donde investiga cómo convertir el hidrógeno, que se obtiene del agua, en electricidad de forma barata y limpia.

José Miguel Bermúdez

Premio de Empresa 2018. Ingeniero aeronáutico. Lidera proyectos industriales de impacto social.

Su compromiso en la lucha contra el cambio climático, le llevó a crear una empresa, Bound4blue, con la que ha inventado una vela para barcos. Quiere revolucionar el transporte marítimo con una vela rígida que recuerda al ala de un avión, aprovecha la energía eólica y reduce el consumo de combustible.

Pablo Ferrández

Premio de Artes y Letras 2018 ex aequo. Violonchelista. Reinventa universos sonoros.

La entrega de los premios, cogió a Pablo de concierto en Jerusalén. Empezó a tocar el violonchelo con sus padres a los 3 años y a los 13 ingresaba en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Estudió en Alemania con Hans Helmerson y vive en Berlín. Tiene el talento de crear universos sonoros a partir del repertorio universal y un violonchelo de 1696 con el que hace virguerías.

Arancha Martínez

Premio Social 2018. Su proyecto «It will be» aporta eficiencia a la cooperación humanitaria.

Hay muchas personas que quieren cambiar el mundo, pero Arancha cree que es posible. En 2008, dejó la banca de inversión en Dublín para ir a la India a cooperar y ser parte activa del cambio. En 2009 fundó «It will be», una gestión innovadora basada en tecnología punta para mejorar la eficacia del sector humanitario.

Guillermo Mínguez

Premio Investigación Científica 2018 ex aequo. Sintetiza nanoestructuras a la carta.

De pequeño, a Guillermo le flipaba jugar al Cheminova con su hermano. Un día una pipeta voló y agujereó el techo de la cocina y ese día descubrió su pasión por la ciencia. Lo que no dice es la cara que pusieron sus padres. Pero se lo perdonarán al ver lo que es capaz de hacer ahora su hijo: Crear nuevos materiales que tendrán repercusión en el medio ambiente y la energía.

Soleá Morente

Premio Artes y Letras 2018 ex aequo. Artista musical, mezcla palos jondos con pop, rock e indie.

«Mi padre me enseñó que sin riesgo no hay creatividad». ¡Y cómo no hacer caso al gran «cantaor» Enrique Morente! Es la más desconocida de la saga porque para orgullo de su padre se licenció en Filología Hispánica antes de dedicarse a la música. «Hace falta difundir la buena cultura», dice. Llega otra «Estrella».