Alicante
La poesía se hace cómic
La tragedia humana y literaria de Miguel Hernández se convierte en un cómic, «La voz que no cesa», gracias a Ramón Pereira y Ramón Boldú
Pocas vidas ha habido más trágicas en la historia de la literatura española como la de Miguel Hernández. Pese a su indudable valor y talento literario, el poeta fue perseguido y encarcelado, hasta que murió encerrado en el penal de Alicante. Tras de sí, pese a que murió muy joven, dejó una potente obra literaria con algunos de los mejores versos escritos durante el siglo pasado.
Este clásico moderno, capaz aún hoy de hechizar a todo tipo de lectores, es el protagonista de «La voz que no cesa», un excelente cómic publicado por Editores de Tebeos. Con guión de Ramón Pereira y dibujos de Ramón Boldú, la obra recorre la biografía de Hernández desde su infancia en su Orihuela natal hasta su dramático final, pasando por sus encuentros con Neruda o Aleixandre o sus estancias en la cárcel. Todo ello se narra con detalle y combinándolo con los versos del autor de «Perito en lunas».
Los dos autores, en declaraciones a este diario, explicaron el origen de un proyecto que se remonta a 2009. «Siempre me ha interesado Hernández, tanto su temprana muerte como su poesía. Hay autores del 27 a los que les falta alma, algo que no le pasa a él, un verdadero artesano de la palabra», dijo Pereira. Por su parte, Boldú inició su aproximación al poeta «hace muchos años, cuando sus libros estaban prohibidos y encontré por casualidad uno en el mercado de Sant Antoni, un ejemplar de "El rayo que no cesa". Fueron unos poemas que me llegaron mucho».
En un primer momento el libro debía estar dibujado por varios artistas, pero finalmente se optó por motivos editoriales por uno solo. «La voz que no cesa» parte de un diálogo imaginario entre Miguel Hernández y un pájaro, inspirándose en un cuento inconcluso del poeta titulado «El gorrión y el prisionero». «Era una manera de acabar esa obra inconclusa, pero también una manera de construir un relato de su vida desde su nacimiento», apunta Pereira. Con la obra literaria de Hernández y la biografía que le dedicó José Luis Ferris como guías, los dos autores han trasladado todo ese material al lenguaje del cómic. «Lo primero que hay que hacer es perderle el respeto a Miguel. Hay que verlo como un amigo y así podrá salir el personaje real. Si lo miras desde el pedestal, puedes convertir todo esto en un pastel. Así es como nos lo propusimos», rememero Boldú.
Los dos autores, cuyo libro ha sido prologado por Joan Manuel Serrat, llegan a la misma conclusión. Acercarse a Hernández les ha servido de mucho porque «él no era ni de izquierdas o derechas. Era sincero, defendiendo al débil. Hablaba con el corazón».
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