Infraestructuras
La remodelación de la Marina Port Vell, primer proyecto que toma forma
El PP dará hoy su apoyo a Trias tras rebajar el impacto de la propuesta para atraer grandes yates a Barcelona
El grupo municipal de los populares ha decidido mover ficha y desencallar definitivamente el debate entorno a la construcción de una marina de lujo en el Port Vell, un proyecto que se estaba eternizando y que mantiene enfrentados al gobierno de Xavier Trias con los vecinos de la zona y el resto de grupos municipales, que consideran que este plan prioriza los intereses económicos a los de los barceloneses.
El primer gran proyecto urbanístico de Trias –tras el carpetazo de la reforma de Glòries– se aprobará hoy en la comisión de Hábitat Urbano y será ratificado en el pleno del 1 de febrero salvo inesperadas desavenencias de última hora. El PP dará hoy su voto favorable al proyecto después de haber mantenido fructíferas negociaciones con el equipo municipal y Salamanca Capital, empresa que tiene la concesión de Marina Port Vell desde 2010, para rebajar el impacto visual de la reforma.
Réditos económicos
Eduardo Bolaños, concejal del PP, señala que desde el punto de vista económico, el proyecto es positivo, ya que se prevé que su impacto económico directo sea de 104 millones anuales –y otros 546 millones indirectos– y que genere 40 nuevos puestos de trabajo –y 340 más indirectos–. Además, recuerda que existe un informe urbanístico que define a la marina del Port Vell como el único punto del litoral barcelonés con capacidad para albergar grandes yates y asegura que este proyecto también supondría un impacto positivo para los otros puertos de la ciudad.
Las principales reticencias de grupo liderado por Alberto Fernández giraban entorno al impacto visual que el proyecto podría suponer para la zona más emblemática del litoral barcelonés y la posibilidad de que la marina de lujo pudiera convertirse en una barrera entre el mar y Barcelona. Así, por un lado, tanto el Ayuntamiento como Salamanca Capital han accedido a ubicar yates de como máximo 70 metros, y preferentemente veleros por tener un menor cuerpo, en la zona del paseo de Juan de Borbón.
También existe el compromiso por parte de la concesionaria de dejar libres espacios entre los yates de manera que desde el litoral barcelonés se pueda apreciar tanto la superficie del agua como el horizonte, con la excepcionalidad de momentos puntuales como la celebración del Salón Náutico, la Barcelona World Race o la Fórmula Uno, cuando podría ignorarse esta condición. Esta medida apenas afectaría a la capacidad de la marina de lujo, puesto que sólo significaría reducir sus plazas en unas tres o cuatro de las cerca de 160 previstas en el proyecto.
Evitar rodeos
En cuanto a las prestaciones,han apostado por incorporar al plan la puesta en marcha de un trasbordador que unirá el paseo de Juan de Borbón y el Muelle de España, que financiarán Salamanca y Maremàgnum. Esta iniciativa, que evitaría tanto a ciudadanos como turistas dar el hasta ahora obligado rodeo entre la Barceloneta y el Maremàgnum, ya figuraba en el plan especial del Port Vell del año 1989 y parece que ahora podría hacerse realidad.
Durante un primer período de alegaciones, ya se pactó la supresión de la construcción de un restaurante de lujo y la eliminación de una barrera de vidrio destinada a aislar el recinto de los vecinos y curiosos. En su lugar, sin embargo, se mantiene la voluntad de instar una valla en el Muelle de España como la que ya existe actualmente en el paseo Juan de Borbón.
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