El desafío independentista
La tensión por los símbolos se instala en las playas catalanas
Los independentistas evitan la prohibición de las cruces con toallas amarillas en Mataró en una protesta sin incidentes pese a la polémica
Los independentistas evitan la prohibición de las cruces con toallas amarillas en Mataró en una protesta sin incidentes pese a la polémica.
La polémica por las cruces amarillas se ha instalado definitivamente en las playas catalanas. Los episodios de la semana pasada en Canet de Mar o en la Costa Brava tuvieron ayer una segunda parte en Mataró, donde los Comités de Defensa de la República sortearon la prohibición de plantar cruces en la arena colocando toallas y prendas de ropa amarillas con la misma forma.
La acción suscitó ciertos momentos de tensión cuando un hombre intentó quitar las cruces de tela, una escena que recordó a los incidentes de la semana pasada en Canet de Mar, donde se produjo una trifulca que se saldó con tres heridos leves y decenas de indentificados. En Mataró, sin embargo, intervinieron los Mossos d’Esquadra para evitar mayores incidentes y acompañaron al hombre fuera de la playa, quien accedió a marcharse.
La protesta independentista se alargó hasta casi las 12.30 horas bajo ante la atenta mirada de varios curiosos y muchos medios de comunicación, lo que demuestra que la polémica iniciada la semana pasada ha empezado a arraigar en el litoral catalán. De hecho, son varios los lugares donde han aparecido símbolos amarillos en lo últimos días: al caso de Mataró hay que añadirle el citado conflicto de Canet de Mar y plantadas de cruces en Arenys, Llafranc o Cadaqués, entre otras localidades.
Tras los incidentes en otras playas, la convocatoria de Mataró suscitó una reunión extraordinaria de la Junta Local de Seguridad y el alcalde, David Bote (PSC), avisó de que no permitirían que se colocaran cruces para «evitar el conflicto». La Junta de Seguridad Local de esta localidad barcelonesa decidió vetar la protesta ante el «riesgo» de que se produjera un choque entre manifestantes partidarios y contrarios a esta forma de protesta. La policía iba a impedir la plantada de cruces amarillas que estaba prevista que los independentistas acabaron sustituyendo por toallas y bufandas.
Ante la polémica acción, el departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat informó al Ayuntamiento de Mataró de que plantar cruces en las playas requiere de un permiso, ya que la normativa estatal establece que cualquier uso intensivo de las playas necesita de una previa autorización de la administración autonómica.
Los Comités de Defensa de la República, eso sí, no dieron por acabada su protesta hasta recorrer el centro del municipio, en grupos de una decena de personas, blandiendo cruces amarillas de madera.
La diputada de Cs en el Parlament Lorena Roldán criticó ayer que la tensión derivada del proceso soberanista se traslade ahora al terreno social y aseguró que las playas de Cataluña no pueden convertirse en «una especie de cementerio ideológico».
En declaraciones a los medios, Roldán denunció que la actitud «irresponsable» de los partidos independentistas, con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al frente, es lo que está contribuyendo a que haya ruptura en la calle según su parecer. En este sentido, la diputada del partido naranja insistió en que Torra tiene la obligación de garantizar la convivencia en Cataluña y de rechazar cualquier tipo de opinión que sea violenta.
En este sentido, Roldán recordó que Cs presentó varias iniciativas en el Parlament para condenar la violencia, y que los partidos soberanistasno se quisieron sumar: «Está en manos de todos y sobre todo de los partidos independentistas que realmente se quiera trabajar para todos los catalanes».
Por su parte, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, apeló a la «libertad de expresión», para defender la protesta.
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