Barcelona
Las izquierdas catalanas se reorganizan ante la posibilidad de nuevos comicios
Iglesias dice que no se puede construir este espacio sin el color lila y Colau aboga por no diluir perfiles
La precampaña, ante la falta de un acuerdo de gobierno, comienza a palparse en Cataluña. En todo proceso electoral los diferentes partidos políticos se juegan mucho, es una evidencia, pero las pasadas elecciones generales dieron un vuelco al panorama insospechado. No en vano, Podemos ganó en Cataluña, tras unos discretos resultados en los comicios autonómicos, dejando a más de uno descolocado. Los partidos soberanistas viven muy bien con el PP como contrincante en Madrid y no se percataron de que su mayor amenaza electoral iba a llegar de una suerte de tercera vía, tras el giro al centro del PSOE, encabezada por Podemos. No es de extrañar, pues, que todos los partidos de izquierda catalanes aprovecharan ayer para realizar varios actos en los que comenzar a mostrar sus credenciales electorales.
Desde Podemos y su vertiente catalana, En Comú Podem, por lo tanto, son conscientes de la importancia de Cataluña. De ahí que ayer asistiéramos al desembarco de su secretario general, Pablo Iglesias, su secretario de organización, Pablo Echenique, de la mano de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mónica Oltra, para participar en la undécima asamblea nacional de ICV que supuso la despedida de Dolors Camats y Joan Herrera. En sus respectivos discursos, tanto Iglesias como Colau hicieron hincapié en la necesidad de construir un nuevo «espacio político» catalán de forma estable que aglutine a las izquierdas catalanas, tras los éxitos de las confluencias en los diferentes comicios, una de las máximas reivindicaciones también de ICV. El dirigente de Podemos aseguró que en el proceso de construcción de ese «espacio político» es «necesario que el ADN de todas las organizaciones siga existiendo», las de Podemos, BComú, ICV o EUiA, un «espacio político», que a su juicio ya existe en la «conciencia catalana». En la misma línea se pronunció la alcaldesa de Barcelona quien garantizó que en ese «espacio en común» catalán no se trata de «sacrificar ni identidades ni trayectorias ni experiencias», por lo que «nadie tiene que renunciar a nada» para que todos demos «un gran salto».
ERC tampoco las tiene todas consigo. Su presidente, Oriol Junqueras, sacrificó la posibilidad de ser presidente de la Generalitat por el invento de Junts pel Sí. El problema es que una cesión de estas características podría pasarle factura en el futuro en el caso de que En Comú Podem se consolide y le arrebate cualquier otra posibilidad de lograrlo, bien sea por la formación morada o porque la CUP siga creciendo a su costa. Junqueras, en tono mitinero, aprovechó la fiesta de la República de su partido para señalar que «si hoy hay una mayoría a favor de la libertad y la justicia es porque hay una gente que nunca ha fallado en la defensa de los ideales de la libertad y la justicia», en referencia a su partido, al que considera «un partido de partidos». Al fin y al cabo, «ERC es suficientemente generosa como para abrir las listas y reventarlas de gente que nunca ha formado parte del partido, pero que quieren formar parte de este proyecto político».
El PSC, por su parte, tiene que convivir con la sensación de que se ha convertido en un simple apéndice más del PSOE. Por muchas reuniones que su primer secretario, Miquel Iceta, mantenga con En Comú Podem, cuesta imaginarles defendiendo el acuerdo con Ciudadanos. Iceta, sin embargo, así lo hizo y pidió a Podemos que vuelva a la mesa de negociaciones y «haga posible un acuerdo a tres bandas” junto con PSOE y Ciudadanos», para «no ofrecer una nueva oportunidad a Mariano Rajoy y al PP» que, en su opinión, «no merecen».
Despedida de Herrera y Camats
La asamblea de ICV sirvió para despedir a los dos coordinadores nacionales hasta ahora, Joan Herrera y Dolors Camats. Los dos reivindicaron el papel de Iniciativa hasta ahora y dibujaron un futuro que pasa por la confluencia de las izquierdas. En su discurso, Herrera ha admitido errores, pero consideró que la confluencia ha valido la pena. Camats, por su parte, defendió que la apuesta por un referéndum en Cataluña se ha demostrado como la única vía posible.
✕
Accede a tu cuenta para comentar