Barcelona

Los atracos cometidos a bancos se disparan y aumentan un 17 % en 2012

El botín conseguido por los ladrones en los asaltos asciende a 0,8 millones

En la imagen, un asalto a un banco de Cambrils, protagonizado por un atracador multirreincidente
En la imagen, un asalto a un banco de Cambrils, protagonizado por un atracador multirreincidentelarazon

En los últimos meses se ha hablado mucho de la alarma provocada por los asaltos a joyerías, sobre todo de Barcelona, y muy especialmente de los robos violentos a viviendas aisladas o situadas en urbanizaciones, con la zona del Empordà a la cabeza. No obstante, el sector de los banqueros ha notado un fuerte incremento de ataques sufridos, hecho que se acentuó en 2012.

Los atracos a entidades financieras repuntaron un 17 por ciento el pasado año en Cataluña, al pasar de 78 en 2011 a 92 en 2012, mientras que el botín logrado por los asaltantes subió hasta los 793.330 euros, el mayor desde 2008, según datos facilitados por el sector bancario.

Robos al alza

Es significativa la comparación de los datos de 2006 y 2012. Mientras en 2006 hubo 61 asaltos (con un botín de 334.344 euros), el año pasado fueron los citados 92 atracos y 793.330 euros de botín. La cifra máxima de dinero robada se alcanzó en 2008, con un total de 798.410 euros, siempre según datos del sector bancario.

Estas cifras contrastan con los atracos registrados en España, que han ido a la baja en los últimos años. En declaraciones a Efe, el director de Seguridad del Banc de Sabadell, Eduard Zamora, explicó que uno de los principales motivos que explica este descenso a nivel español es que cada vez hay menos dinero en efectivo en taquilla, gracias a los avances tecnológicos.

Zamora, que también preside la Asociación de Directivos de Seguridad Integral, subrayó la importancia de que las entidades se hayan dotado de «recicladores», que sirven tanto para ingresar el dinero que reciben de clientes como para entregar efectivo, lo que les facilita que apenas tengan que abrir la caja fuerte.

Durante la ola de atracos de los años 80, las entidades bancarias se dotaron de cajas fuertes que abrían con retraso y, paralelamente, blindaron a los empleados en cubículos de cristal. Las cajas fuertes con retraso provocaron un primer descenso del número de asaltos, ya que los atracadores querían evitar tener que aguardar a que se abriera la caja, con el riesgo de que algún empleado pudiera avisar a la Policía.

Sin embargo, se dieron casos en los que, al estar protegidos los trabajadores detrás de las mamparas de cristal, los asaltantes optaban por robar joyas y dinero en efectivo a los clientes. Ante esta situación, las entidades financieras, recordó Zamora, optaron por quitar a los empleados de los cubículos y optaron por una política empresarial de mayor acercamiento al cliente, en parte gracias a la llegada de los citados «recicladores».