Bruselas
Los «comunes» hacen más inviable el Govern de ERC tras vetar al PDeCAT
Domènech rechaza un gobierno de concentración soberanista que incluya a los neoconvergentes
Domènech rechaza un gobierno de concentración soberanista que incluya a los neoconvergentes.
Se ciernen nubarrones sobre el deseado Govern de ERC. El partido republicano, que se las prometía muy felices, ha visto en las últimas tres semanas cómo sus expectativas electorales han ido disminuyendo a medida que crecía el PDeCAT, gracias al impacto de una candidatura liderada por Carles Puigdemont bajo las siglas de Junts per Catalunya, mientras sus posibles aliados postelectorales han ido elevando el nivel de sus exigencias para poder entablar cualquier pacto. Este escenario, por tanto, alimenta las dificultades que va a tener ERC para presidir su gobierno de concentración ambicionado, con la implicación de la CUP, JxCat y los «comunes».
En este línea, ayer los «comunes», que se antojan determinantes para la formación de cualquier gobierno –de izquierdas, independentista o constitucionalista– y que ya han pedido que se abandonen las vías unilaterales a la independencia, añadieron una petición más y descartaron la posibilidad de un ejecutivo con el PDeCAT para apostar por propiciar uno «progresista». Catalunya en Comú, que tiene como preferencias a ERC y PSC, está basando precisamente parte de su discurso en desterrar la hegemonía convergente, poniendo principalmente el acento de sus críticas en sus políticas de recortes.
Por ello, ayer quiso rechazar de plano el planteamiento de Govern que hacen los republicanos y quiso promover uno que aúne a los partidos de izquierda, que permita cambiar el rumbo de los gobiernos convergentes de las últimas legislaturas que, en palabras de su candidato, Xavier Domènech, han tenido «políticas fiscales regresivas, modelos de educación no progresivos, han aprobado todas las reformas laborales y que tienen poco que ver con la transparencia en las construcción de un país libre de corrupción», todo ello con el sello convergente.
Con esta narrativa, los «comunes» quieren evitar que la candidatura encabezada por Puigdemont eclipse la siglas del PDeCAT –asociadas a Convergència– y pretenden llevar a Esquerra al eje izquierda-derecha. Por tanto, a los republicanos se les descuelga una pieza determinante, y se abocan a la difícil disyuntiva de escoger entre el president cesado como socio o a Catalunya en Comú y dejar el «procés» aparcado a un lado.
Pero lo cierto es que ERC necesita a ambos partidos, ya que pocas encuestas dan una repetición de mayoría absoluta para los tres partidos separatistas, y aunque se diese el caso, ERC requeriría de la ayuda de los «comunes» para no tener que depender de un socio tan poco fiable como la CUP –que solo piensan en materializar la república, y no quieren oír hablar de marcos autonomistas ni diálogo–. Los mismos sondeos también están últimamente castigando a ERC, que acusa la ausencia de visibilidad de su líder, Oriol Junqueras, algo que supuso la queja de Rovira ayer, que considera una desventaja que estén en la cárcel algunos candidatos, mientras Puigdemont, en Bruselas, recibe todas las atenciones mediáticas y no para de crecer.
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