Profesores
Los profesores comunicarán a Enseñanza los casos graves de consumo de drogas
Una investigación del Hospital Clínic de Barcelona sugiere que la edad de inicio en ese hábito puede condicionar los cambios estructurales que causa en el cerebro
La última encuesta que elabora la Agencia de Salud Pública de Barcelona sobre Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria (FRESC) alertó de que pese a bajar el consumo de tabaco, los adolescentes entre los 13 y los 17 años fuman más porros. Y el cannabis no es bueno. Una investigación del Hospital Clínic de Barcelona sugiere que la edad de inicio en ese hábito puede condicionar los cambios estructurales que causa en el cerebro, que son mayores cuando se comienza antes de los 16 años y pueden derivar en problemas de conducta en la edad adulta. Para reducir el consumo de marihuana y otras drogas, alcohol y tabaco inclusive, los departamentos de Enseñanza y Salut presentaron ayer en marcha el «Protocolo de prevención, detección e intervención sobre drogas en los centros de secundaria». Entrará en vigor el próximo curso 2017-18 y la medida más llamativa es que institutos y escuelas deberán comunicar a Enseñanza los casos graves de tenencia, consumo y venta de droga entre alumnos.
La consellera de Enseñanza, Meritxell Ruiz, y el conseller de Salud, Antoni Comín, defendieron que el protocolo quiere «convertir el conflicto en una oportunidad educativa, tanto para el alumnado como para las familias, más allá de la sanción». El protocolo, editado por ambos departamentos pretende evitar el consumo de drogas en los alumnos de secundaria a partir del establecimiento de un circuito en el que actúen todos los agentes implicados, la comunidad escolar, los cuerpos de seguridad, centros de salud mental infantil y juvenil, centros de atención y seguimiento, y servicios sociales y de juventud.
El protocolo dota de una herramienta a los profesores que trabaja con jóvenes de entre 12 y 21 años escolarizados en centros educativos de ESO, Bachillerato, programas de formación e inserción (PFI), ciclos formativos de grado medio y recursos especiales como las unidades de escolarización compartida (UECV).
Para activar medidas de prevención, el protocolo ofrece pautas de actuación para el profesorado, y programas, materiales y web para trabajar tanto en el aula como para las familias.
Si se detectan casos por intoxicación aguda, por estar bajo los efectos del consumo de drogas, por tenencia o consumo de ellas dentro del centro o por su venta, el caso se pondrá en conocimiento de la dirección del centro, que convocará al equipo interno de valoración y lo trasladará al tutor y otros miembros de la comunidad. El caso se valorará con el alumno a partir de una entrevista con él, también habrá una intervención con la familia del alumno y posteriormente con el grupo clase.
Dependiendo de la gravedad del caso detectado, la dirección podrá derivarlo a inspección de educación, abrir un expediente sancionador y aplicar sanción.En los casos de falta grave o delito, el caso se deberá trasladar a la Dirección General de Atención a la Infancia (DGAIA) o a la Fiscalía. El inicio en el consumo de alguna sustancia coincide en la mayoría de los casos con la franja edad de la ESO, entre los 12,5 y 15 años.
de edadada aquestes substàncies (sense fer consideracions respecte de l’existència de prescripció/recepta mèdica o no) va ser del 18,6%, i el dels que n’havien consumit algun cop a la vida sense recepta mèdica, del 9,3%. El percentatge dels que n’havien consumit en els últims trenta dies va ser del 7,1% i del 3,5%, respectivament (taula 2).
El consum de la resta de substàncies (cocaïna, èxtasi, al·lucinògens, amfetamines, substàncies volàtils, heroïna, etc.) estava molt menys estès. La prevalença de consum d’aquestes drogues alguna vegada a la vida es va situar entre l’1,0% i el 4,1%, i la prevalença de consum en els últims trenta dies, entre el 0,4% i l’1,9% (taula 2).
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