Barcelona
Luz verde a la nueva ordenanza de terrazas mucho menos restrictiva
La normativa, sin embargo, reduce el número de estufas de combustión y prohibirá su uso a partir de 2025
La normativa, sin embargo, reduce el número de estufas de combustión y prohibirá su uso a partir de 2025.
Barcelona ya tiene nueva ordenanza de terrazas, aprobada inicialmente ayer en la Comisión de Urbanismo. La alcaldesa de Barcelona ha dado un giro de 180 grados en su idea inicial y la normativa flexibiliza algunos de los puntos más polémicos en la aplicación, como las distancias obligatorias entre terraza y mobiliario urbano. Con los cambios también se quita rigidez a la obligatoriedad de dejar libre el 50% de la acera, aunque habrá dejar 1,80 metros entre la fachada y la acera. La oposición, excepto la CUP, aplaudieron la modificación y aprovecharon para criticar los cambios de rumbo del gobierno municipal.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, señaló que la voluntad, con los cambios, es que la ordenanza perdure en el tiempo «con normas claras para todos». La modificación anulará las ordenaciones singulares aprobadas hasta ahora y creará la figura de las zonas de excelencia con el acuerdo del Ayuntamiento y los restauradores. Las terrazas tendrán un plazo de dos años para adaptarse a la nueva normativa, que permite las estufas en temporada de invierno, aunque limita su potencia y promueve la reducción de la presencia de estufas de combustión con el horizonte de su prohibición definitiva en 2025. La Comisión derogó dos puntos que habían entrado en vigor el 1 de enero: la obligatoriedad de tener la terraza frente al local y la de adaptar los aseos en función del aforo total.
Ahora, el nuevo articulado entra en un periodo de exposición al público de 30 días hábiles, y luego se someterá a la votación de la aprobación definitiva en el marco del pleno municipal posiblemente en abril. La modificación de la ordenanza ha contado con los votos a favor de BComú, PDeCAT, Cs, ERC, PSC y PP y la abstención del concejal no adscrito, Gerard Ardanuy.
En el debate de la comisión, Janet Sanz afirmó que la normativa aprobada es «positiva para la ciudad porque nace de la suma de muchas voluntades diferentes». «Será aplicable con más facilidad, perdurará en el tiempo, equilibra su repercusión en el espacio público y fomenta las buenas prácticas en el sector», añadió.
«¿Quién la ha visto y quién la ve ahora», espetó Raimond Blasi (PDeCAT) a Sanz, quien le reprochó que sin la iniciativa popular presentada por el Gremio de Restauración no se hubiera avenido a modificar la norma. Daniel Mòdol (PSC) cargó también contra sus ex socios de gobierno de BComú, al que acusó de «pasar de no querer terrazas a querer todas». «Bienvenidos al consenso del sector», aplaudió Xavier Mulleras (PP), quien defendió que el Gremio ha liderado el consenso. «Bien está lo que bien acabar», dijo para cerrar el debate Janet Sanz.
Desde Cs, Koldo Blanco apuntó que el acuerdo para cambiar la norma permite «volver a una situación de normalidad». El portavoz de ERC, Jordi Coronas, se comprometió a seguir trabajando hasta la aprobación definitiva para lograr un texto que no tenga que volver a cambiar. María José Lecha (CUP) acusó a BComú de «someterse al lobby de la restauración» y de cambiar la ordenanza de terrazas «con la puerta cerrada» a los vecinos. El concejal no adscrito, Gerard Ardanuy, ha defendido una abstención «con visión constructiva» para poder introducir mejoras al texto.
El texto no admite terrazas con autoservicio y exigirá que los trabajadores cumplan los convenios laborales vigentes. Se mantienen los horarios actuales: de domingo a jueves, de 8:00 a 00:00h, y viernes y vísperas de festivos, de 8:00 a 01:00h.
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